Descripción:
Historia de las actuaciones paleontológicas en la cueva
La Cueva de los Osos de Tella se encuentra en el Área de influencia del Parque Nacional de Ordesa. La entrada de la cueva se abre en la cara sur del Monte Montinier, en el Macizo de Escuaín, a unos 1600 m de altitud. Las primeras noticias son del grupo de Espeleología de Badalona (Barcelona). Desde 1968 se dedicaron a la exploración y cartografía de las áreas cársticas en el macizo de Escuaín. En mayo de 1970, después de unas fuertes lluvias, un equipo de exploración de este grupo observó, que entre una gran masa de vegetación al pie de unas paredes al este de Revilla y a un nivel superior, surgía un caudal de agua considerable. Los pastores de la zona les informaron de que, tras la vegetación, se abría una gran cavidad llamada Coro Tracito en cuyo fondo había una cueva, del interior de la cual, cuando llovía bastante surgía un importante caudal. Pocos días después un equipo de espeleólogos se trasladó al Coro Tracito y realizó una primera exploración descubriendo diversas cavidades: (A-2, A-3 y A-5). En septiembre de 1976 se realizó una exploración completa de la cueva A-5 que incluyó el levantamiento topográfico y la situación exacta del yacimiento paleontológico que hoy conocemos como la Cueva de los Osos o Coro Tracito.
Desde ese momento la cueva se visitó solamente de manera esporádica. En agosto de 1989 se observaron las primeras muestras claras de expolio, por lo que el ayuntamiento procedió a cerrar la entrada de la cueva. A partir de ese momento se iniciaron las gestiones para iniciar la excavación y estudio de esta cueva. Al estar las competencias sobre patrimonio cultural transferidas al gobierno regional, los permisos fueron solicitados a la Diputación General de Aragón (DGA). Con anterioridad se había realizado una pequeña cata para conocer la riqueza del yacimiento paleontológico y sus posibilidades de explotación. En esta pequeña actuación aparecieron restos completos de huesos largos y fragmentos de cráneo de osos de las cavernas.
En 1990 el Departamento de Cultura de la D.G.A. encargó a María José Blanco Tomás la realización de una excavación paleontológica en esta cueva. En el año 1994, el Museo de Paleontología de la Universidad de Zaragoza se hace cargo de las actuaciones de este yacimiento, lo que permite realizar un plan de actuación. En el año 1995 el Ayuntamiento de Tella-Sín pidió un presupuesto a la Diputación Provincial de Huesca para la restauración y catalogación de los restos obtenidos en campañas anteriores (1980 y 1991). Esta ayuda fue concedida, realizándose el trabajo en unas dependencias del ayuntamiento por la vecina de Plan, Elena Requejo. Parte de las actuaciones se realizaron en el Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza. En Abril de 1995 con los mejores ejemplares restaurados se instalaron tres vitrinas, completadas con paneles explicativos tanto de la cueva como de la biología del oso cavernario. Estas vitrinas se ubicaron en la casa del Molino de Tella, siendo visitadas por miles de visitantes durante el año 1995. Estas vitrinas pretendían ser el embrión del futuro museo del oso, donde se mostrarán todos los restos encontrados en esta cueva o en áreas cercanas. En la segunda semana de Agosto de 1995 se realizó una excavación en la cueva dirigida por Trinidad de Torres Pérez-Hidalgo (Universidad Politécnica de Madrid) y José Ignacio Canudo (grupo Aragosaurus). Esta actuación tenía como principal objetivo la evaluación de la riqueza del yacimiento, de la infraestructura necesaria para su excavación exhaustiva, y del tiempo y número de personas que serían necesarios en dicha excavación. Por tanto se centró en regularizar fondos y perfiles de varias cuadrículas que habían quedado parcialmente excavadas, lo que permito recuperar más de 700 restos de oso de las Cavernas. Estos restos se han inventariado, lo que junto a los recogidos en las primeras campañas hacen un total de más de 1.700 restos de oso de las cavernas.
Una vez hecha la valoración previa en al año 1995, durante el mes de Julio de 1996, se realizó la excavación de un 10% del relleno de la cueva. Los restos fueron limpiados y restaurados en la Universidad Politécnica de Madrid. Se realizó un estudio preliminar del grupo Aragosaurus en colaboración con Trinidad de Torres, a partir del cual se asignaron los restos fósiles a la especie Ursus spelaeus, viéndose que se trataba de una población.
En 2008 se retomaron las excavaciones en la Cueva de Tella, con motivo del comienzo de la tesis doctoral sobre este yacimiento de Raquel Rabal Garcés. Durante los años 2008, 2009 y 2010 se han llevado a cabo pequeñas actuaciones y se han recuperado otros 1200 restos de osos de las cavernas. Hasta el momento la colección fósil de este yacimiento asciende a un total de más de 5000 restos fósiles de la especie Ursus spelaeus, suficientes para el estudio científico y para dotar a la exposición permanente de fondos. Sin embargo, todavía queda un enorme potencial paleontológico por explotar en este yacimiento.
Estudio paleontológico del yacimiento:
El yacimiento de Coro Tracito (o Cueva de los Osos) se desarrolla en las calizas paleocenas de edad Ilerdiense, conocidas como “Calizas de Alveolinas”. Se trata de una pequeña cueva de unos 300 m de recorrido, dividida en dos galerías paralelas. Al fondo de la galería superior se localiza la zona de excavación. Los huesos aparecen desarticulados, embebidos en una arcilla de grano muy fino completamente húmeda y con cantos aislados de caliza. Las dataciones obtenidas arrojan una edad para este yacimiento de alrededor de 40000 años, (estadio isotópico 3).
Todos los restos fósiles recuperados (más de 5000) pertenecen a la especie Ursus spelaeus, por lo que se trata de un yacimiento monoespecífico, no infrecuente en yacimientos de esta especie. Aparecen tanto restos craneales como postcraneales de individuos adultos, infantiles y neonatos, encontrándose huesos completos, fragmentados y esquirlas.
Los osos de las cavernas de Coro Tracito no difieren morfométricamente del resto de las poblaciones de la Península Ibérica, tendiendo a alcanzar un tamaño más bien pequeño. Presentan metápodos cortos, como la mayoría de osos de las cavernas de finales del Pleistoceno. Considerando el material recuperado hasta el 2008, se han contabilizado un total de 41 individuos (17 adultos y 24 juveniles). Los elementos más fragmentados son los huesos grandes, como el cráneo, costillas y escápula. Por el contrario, huesos cortos como los huesos de la muñeca o el tobillo y las falanges están prácticamente intactos. Ciertos elementos esqueléticos están mejor representados que otros en el yacimiento y se ha comprobado que la abundancia de cada elemento se relaciona con su densidad y su resistencia a ser transportados por un flujo acuoso. Esto puede indicar que hubo cierta removilización de los huesos antes de su enterramiento. Además muchos de estos huesos aparecen mordidos, algunos de ellos con marcas de un intenso carroñeo, especialmente con marcas de tipo perforación, producidas por la presión de las cúspides de los dientes de los carnívoros. Un estudio detallado de estas marcas de mordiscos apunta a los propios osos de las cavernas como los principales agentes del carroñeo sobre individuos de su misma especie. Actualmente se está llevando a cabo un estudio de la geoquímica isotópica de esta población de osos de las cavernas que aportará información sobre su dieta y sobre el clima en el que vivieron.
La Cueva de los osos se puede visitar
En la actualidad se puede visitar la Cueva de los osos. Esta visita es guiada y la hace la empresa TT Aventura previa cita que se realiza en la localidad de Ainsa. La cueva está preparada para la visita, pero para hacerla más agradable se han mantenido elementos naturales, de manera que es necesario colocarse cascos de espeleólogo. Al final de la cueva se puede observar las cuadrículas de la excavación con huesos en posición. La actuación disposición del yacimiento es fruto de una adecuación realizada en el 2004 por la empresa Paleoymas para realizar un video de divulgación por parte de CEAM y Esteban Anía. Esta visita es única en todo Aragón y es complemento perfecto a la estancia en el pueblo mágico de Tella.
[Descarga el artículo sobre la cueva publicado en Naturaleza Aragonesa]