Una de las polémicas en la investigación de las serpientes proviene de su origen. Evolucionan de lagartos terrestres o de los abundantes lagartos marinos del Cretácico. Para tener respuesta a esto, hay que conocer el momento y lugar cuando dejaron de tener las patas. La técnica de microtomografía ha permitido reconocer un segundo miembro trasero en el fósil de Eupodophis de Libano que no era posible verla a simple vista. Este miembro tiene solo dos centímetros de longitud y está unida a su pelvis. La serpiente completa tendría unos 50 cms de longitud, por lo que estos miembros serían diminutos y posiblemente sin ninguna función. La estructura de los huesos de este miembro trasero es muy parecido al que presentan los lagartos terrestres, por lo que parece un origen terrestre para las serpientes. De todas maneras los investigadores no cierran la posibilidad de otras posibilidades.
Alexandra Houssaye subraya en unas declaraciones al Mundo que el hecho de que esta segunda pata no fuera visible a primera vista "es particularmente importante para entender el grado de regresión de los miembros". Houssaye explica que este aspecto no puede determinarse sólo porque la pata sea visible, ya que algunos huesos minúsculos -del tobillo o de los dedos- podrían haberse roto y desaparecer de la superficie: "Sin embargo, como la otra pata sí estaba conservada en la roca, ahora podemos estar prácticamente seguros del grado de regresión de sus miembros traseros", afirma. Los investigadores creen que es probable que las patas crecieran más despacio o bien dejasen de crecer mientras el resto del reptil seguía desarrollándose.
La referencia completa es: Houssaye, A., Xu, F., Herfen, L., de Buffrénil, V.de, Baumbach, T. Tafforeau, P. (2011). Three-dimensional pelvis and limb anatomy of the Cenomanian hind-limbed snake Eupodophis descouensi (Squamata, Ophidia) revealed by synchrotron-radiation computed laminography. Journal of Vertebrate Paleontology, 31, 1: 2-7.
LUGAR El Libano