Las patologías en los pies de los grandes dinosaurios carnívoros como Allosaurus son relativamente frecuentes, fracturas, mejor o peor osificadas, callos óseos etc., pero hasta el momento no se había descrito un dedo del pie en posición anormal. Hay ejemplos en la literatura de cojera en los dinosaurios, de manera que la amplitud entre las pisadas es variable, pero este no es el caso del rastro descrito por nuestros colegas. En su opinión
esta patología debía ser antigua, bien porque hubiera nacido con este defecto en el pie o bien fuese una herida o una fractura antigua. El argumento es sencillo si hubiera sido moderna, el dinosaurio hubiera cojeado.
En una entrevista en la nueva España, el director científico del MUJA, José Carlos García Ramos afirma que las icnitas halladas en el acantilado de Argüeru son importantes porque «es la primera vez que tenemos constancia de que aparecen en la península Ibérica. Hay pocos casos citados de malformaciones y heridas en los pies registrados en huellas, aunque las malformaciones en huesos sí son habituales». Este terópodo era un individuo bípedo y tenía gran tamaño, dadas las dimensiones de las huellas de sus pies, con una longitud de 58 centímetros y una anchura de 43. José Carlos García Ramos señala que este dinosaurio «caminaba lento, a unos cinco kilómetros por hora», quizá porque la lesión del pie «le impedía avanzar más rápido».
La referencia completa es: Avanzini, M., Piñuela, L. & Garcia-Ramos, J. C. 2008. Theropod palaeopathology inferred from a Late Jurassic trackway, Asturias (N. Spain). Oryctos, 8, 71-75.
esta patología debía ser antigua, bien porque hubiera nacido con este defecto en el pie o bien fuese una herida o una fractura antigua. El argumento es sencillo si hubiera sido moderna, el dinosaurio hubiera cojeado.
En una entrevista en la nueva España, el director científico del MUJA, José Carlos García Ramos afirma que las icnitas halladas en el acantilado de Argüeru son importantes porque «es la primera vez que tenemos constancia de que aparecen en la península Ibérica. Hay pocos casos citados de malformaciones y heridas en los pies registrados en huellas, aunque las malformaciones en huesos sí son habituales». Este terópodo era un individuo bípedo y tenía gran tamaño, dadas las dimensiones de las huellas de sus pies, con una longitud de 58 centímetros y una anchura de 43. José Carlos García Ramos señala que este dinosaurio «caminaba lento, a unos cinco kilómetros por hora», quizá porque la lesión del pie «le impedía avanzar más rápido».
La referencia completa es: Avanzini, M., Piñuela, L. & Garcia-Ramos, J. C. 2008. Theropod palaeopathology inferred from a Late Jurassic trackway, Asturias (N. Spain). Oryctos, 8, 71-75.
LUGAR Villaviciosa, Asturias, España
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