El nuevo dinosaurio es extremadamente interesante, porque a pesar de ser un saurópodo titanosaurio, presenta características típicas de los rebaquisáurios (como Demandasaurus y Nigersaurus), como el hocico ancho y un cráneo muy horizontal. Parece como si hubiera copiado la morfología de su cabeza. En realidad es una convergencia, resultado de una alimentación similar. La interpretación es que se alimentaba de vegetación de baja altura, ocupando el nicho ecológico que dejaron libre los rebaquisáurios tras su extinción en el Turoniense, hace 90 millones de años. De allí su nombre, ya que Inawentu significa imitador en lengua mapuche. Nuestro colega Leonardo Filippi nos ha mandado una nota del descubrimiento y su primera publicación
Inawentu oslatus, fue recuperado en 2014 en el área conocida como La Invernada, ubicada en Rincón de los Sauces, provincia de Neuquén. El descubrimiento de los fósiles, prácticamente de manera fortuita, ya que los científicos se encontraban desenterrando un abelisaurio y a pocos metros encontraron un hueso que asomaba desde la tierra. Cuando comenzaron a trabajar, los especialistas se dieron cuenta que estaba el cráneo completo y articulado con el cuello. Pero como la campaña se terminaba a los pocos días, recién al año siguiente pudieron volver para continuar con los trabajos.
“Cuando el material estuvo preparado nos dimos cuenta de que este cráneo tenía características particulares fundamentalmente en su mandíbula. Podemos decir que el maxilar es bastante ancho transversalmente, y el dentario es cuadrangular en su parte anterior, algo que le confería un hocico notablemente ancho. Esa es una característica registrada en otros titanosaurios, aunque en especímenes muy fragmentarios, pero principalmente en un grupo de saurópodos mucho más antiguo, los rebachisaurios. Esta característica tenía que ver con sus hábitos alimenticios, ya que eran animales que comían vegetación que estaba más bien al ras del suelo, en lugar de la parte alta de los árboles”, cuenta Filippi, “En el caso de este animal, el cráneo es totalmente alargado y ha habido muchas modificaciones en los huesos que han permitido ese alargamiento. Se encuentra en un solo plano horizontal, no presenta el cambio de ángulo que se observa en otros titanosaurios conocidos como Sarmientosaurus o Tapuiasaurus . Y otra cosa, que es lo más distintivo, es su mandíbula cuadrangular, ancha y su hocico ancho y espatulado”, completa Filippi.
Imitador
Tal como dijo el especialista, en esta nueva especie se observan rasgos anatómicos convergentes con saurópodos rebaquisáuridos, extinguidos durante el Turoniano o Turoniense. De allí su nombre, ya que “Inawentu” significa “imitador” en lengua mapuche: “Los rebaquisáurios tenían la función de alimentarse de la vegetación baja un par de millones de años antes, pero habían desaparecido y no teníamos evidencia de en esta zona quiénes eran los que ocupaban ese lugar. Hoy sabemos que estaba este tipo de titanosaurios, con estas características, que ocupaban ese rol ecológico, y que compartían el espacio y el tiempo con otros tipos de saurópodos titanosaurios, que tenían otras características y que, posiblemente, se encargaran de alimentarse de la vegetación de altura”, relata Méndez, investigador del IPGP de Puerto Madryn.
Conocer el pasado
Por último, el investigador del IPGP explica que este tipo de descubrimientos “nos permite entender un poco cómo eran aquellos ecosistemas. Empezamos con los saurópodos que comían la vegetación más alta, después encontramos los dinosaurios carnívoros que posiblemente predarán sobre ellos. Conocimos otros tipos de dinosaurios herbívoros, bípedos más pequeños, corredores, que son ornitópodos, también tortugas y cocodrilos, todo en la misma zona. A eso le sumamos que estamos haciendo análisis también palinológicos para tratar de entender también cómo estaba compuesta la vegetación en ese momento, en ese lugar. Los estudios geológicos nos dicen que era una zona de ríos y meandros y eso nos empieza a armar un poco todo este rompecabezas. En definitiva, lo que queremos saber es cómo estaban formados esos ecosistemas del pasado, quiénes eran los actores y qué rol cumplía cada uno”.
De la investigación participaron también especialistas del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP-CONICET); Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis (CONICET-UNSL); Secretaría de Cultura de la provincia de Río Negro, Fundación Félix de Azara - Universidad Maimónides; Museo Provincial de Ciencias Naturales “Prof. Dr. Juan Olsacher” y del Centro de Investigación en Geociencias de la Patagonia (CIGPat), Departamento de Geología y Petróleo, Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional del Comahue (UNCo).
La referencia completa del artículo es:
Leonardo S. Filippi, Rubén D. Juárez Valieri, Pablo A. Gallina, Ariel H. Méndez, Federico A. Gianechini, Alberto C. Garrido, A rebbachisaurid-mimicking titanosaur and evidence of a Late Cretaceous faunal disturbance event in South-West Gondwana, Cretaceous Research,
2023, 105754, https://doi.org/10.1016/j.cretres.2023.105754.