El holotipo de Megaconus se trata de un fósil de conservación excepcional encontrado en el Jurásico. En la fotografía se puede ver el ejemplar que se encuentra aplastado, pero se pueden identificar muchos de los huesos y sobre todo el pelo. Para los investigadores este fósil demuestra que muchas de las funciones biológicas de los mamíferos modernos relacionados con la piel habían sido adquiridas antes de la evolución de los verdaderos mamíferos. El holotipo conserva restos de pelaje por todo el ejemplar, excepto en el abdomen, donde están más dispersos. Esto hace proponer que tenían el abdomen desnudo. En el talón poseía un largo espolón de queratina, posiblemente venenoso. Estructuras así la presentan los ornitorrincos machos, por lo que se propone que el holotipo de Megaconus era un macho. Aquí tenemos que recordar que los aragosaureros describimos hace unos años una musaraña venenosa en el Pleistoceno de Atapuerca.
El tamaño sería similar al de una ardilla de tierra actual. También tenemos información sobre su alimentación obtenida a partir del estudio de su mandíbula y sus dientes. Poseía una clara articulación mandibular. Sus dientes poseen altas coronas y raíces fusionadas similar a mamíferos actuales como los roedores, pero sin ninguna relación filogenética con ellos. Sus dientes son morfológicamente convergentes con los de los mamíferos placentados modernos. Los molares son de un animal omnívoro, capaz de comer plantas, pero también invertebrados, como insectos, gusanos, e incluso pequeños vertebrados. El estudio biomecánico del miembro trasero y de las uñas dedos ha permitido a nuestros colegas proponer que caminaba de manera similar a los armadillos modernos. Esta posibilidad nunca había sido propuesta para los mammaliaformes distintos de Mammalia.
Hasta ahora hemos ido desgranando caracteres que comparten con los mamíferos modernos, pero también poseen caracteres primitivos que los separa. Tiene un oído medio primitivo, que aún está unido a la mandíbula como en los reptiles. El oído medio es una de las partes más importantes en la evolución de los mamíferos. Las articulaciones de los tobillo y de la columna vertebral es más similar a la de los “reptiles mamiferoides” que a la de los verdaderos mamíferos. Con toda esta información se puede afirmar que muchas de las adaptaciones que nos hacen mamíferos se adquirieron ya en el Jurásico temprano por diferentes linajes, muchos de ellos que se fueron extinguiendo a lo largo del resto del Mesozoico. Sin duda un fósil fascinante.
El tamaño sería similar al de una ardilla de tierra actual. También tenemos información sobre su alimentación obtenida a partir del estudio de su mandíbula y sus dientes. Poseía una clara articulación mandibular. Sus dientes poseen altas coronas y raíces fusionadas similar a mamíferos actuales como los roedores, pero sin ninguna relación filogenética con ellos. Sus dientes son morfológicamente convergentes con los de los mamíferos placentados modernos. Los molares son de un animal omnívoro, capaz de comer plantas, pero también invertebrados, como insectos, gusanos, e incluso pequeños vertebrados. El estudio biomecánico del miembro trasero y de las uñas dedos ha permitido a nuestros colegas proponer que caminaba de manera similar a los armadillos modernos. Esta posibilidad nunca había sido propuesta para los mammaliaformes distintos de Mammalia.
Hasta ahora hemos ido desgranando caracteres que comparten con los mamíferos modernos, pero también poseen caracteres primitivos que los separa. Tiene un oído medio primitivo, que aún está unido a la mandíbula como en los reptiles. El oído medio es una de las partes más importantes en la evolución de los mamíferos. Las articulaciones de los tobillo y de la columna vertebral es más similar a la de los “reptiles mamiferoides” que a la de los verdaderos mamíferos. Con toda esta información se puede afirmar que muchas de las adaptaciones que nos hacen mamíferos se adquirieron ya en el Jurásico temprano por diferentes linajes, muchos de ellos que se fueron extinguiendo a lo largo del resto del Mesozoico. Sin duda un fósil fascinante.
LUGAR Mongolia