Goniasteroideo del Eoceno del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Foto: Samuel Zamora
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es una de las joyas más preciadas del Pirineo Aragonés. Se caracteriza por un excelente patrimonio natural y paisajístico que consigue el asombro de miles de visitantes cada año. Muestra su gran gran valor patrimonial es la distinción que además tiene como Patrimonio Mundial de la UNESCO Pirineos-Monte Perdido, como bien transfronterizo de carácter natural y cultural, que cuenta con un extraordinario paisaje montañoso, excepcionales formaciones geológicas y una zona de pastoreo de alta montaña que se ha conservado intacta a lo largo de los siglos. Nuestra compañera Diana Ramón nos ha mandado una nota de un reciente y extraordinario descubrimiento.
Los tipos de rocas que hay en el Parque Nacional son muy variados pero su naturaleza principalmente caliza ha permitido que los agentes naturales modelen un paisaje rico en macizos y cañones. Muchas de estas rocas fueron depositadas en mares hace millones de años y fueron formando la cordillera pirenaica a medida que África empujaba a Europa hacia el norte. Debido a su naturaleza marina muchas de estas rocas contienen vestigios en forma de fósiles de aquellos mares. Coincidiendo con un reconocimiento general del impactante cañón de Añisclo, uno de los vigilantes del parque, Carlos Serrano, observó una forma curiosa en una losa de roca que se había desprendido junto un abrevadero. Su forma de estrella de mar tan bien definida y su color blanco resaltando sobre la roca oscura le llamó mucho la atención. Por ello, considerando que se trataba de un hallazgo excepcional decidió recoger la roca y llevarla al centro de visitantes del parque para informar del hallazgo.
La dirección del Parque Nacional visto el ejemplar no dudo en contactar con el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza dando aviso a su vez a la Dirección General de Patrimonio Cultural, por tratarse de un excepcional ejemplar fósil de estrella de mar. Los técnicos de patrimonio cultural informaron a nuestro aragosaurero Samuel Zamora, especialista de invertebrados fósiles del IGME-CSIC quien rápidamente confirmo que se trataba de una estrella de mar fósil perteneciente al grupo de los goniasteroideos.
Estas estrellas de mar son escasas en el registro fósil ya que la delicadeza de su esqueleto sólo permite en raras ocasiones que se fosilicen. La estrella se conserva prácticamente completa con sus cinco brazos y está sobre una roca del Eoceno, de hace 55 millones de años. Este hallazgo excepcional se suma a otros fósiles relevantes encontrados en el parque como el conocido “Cocodrilo de Ordesa-Vió” y hacen de la Paleontología un recurso importante para la zona, no caprichoso, ya que además nos encontramos en un territorio que presenta un rico patrimonio geológico, el Geoparque de Sobrarbe-Pirineos.
El hallazgo de este fósil es fruto de diferentes casualidades. El primero de todos es el buen ojo de Carlos Serrano al observar el fósil en una losa de roca desprendida de un abrevadero para pastoreo de alta montaña. Pero la historia tiene más historia. Esta roca proviene de una roca arenisca llamada flysch de edad Eocena que se encuentra en muchos lugares del Parque Nacional. Sin embargo las rocas usadas para hacer la losa no fueron extraídas de una cantera, sino de un deposito geológico cercano al abrevadero donde se encontraban numerosas losas de estas areniscas dispersas entre arenas y por tanto no era necesario hacer trabajos de cantero. Este depósito es muy interesante porque es lo queda de una morrena, es decir una acumulación de rocas arrancadas y depositadas por un antiguo glaciar, que hoy en día no existe. Se trata de una historia azarosa y sorprendente la que ha permitido que haya llegado hasta nuestras manos el fósil.