Fragmentos de piel de un amniota primitivo del Pérmico Inferior. Current biology / Mooney et al
La piel es uno de los órganos más impresionantes que tenemos los vertebrados, pero la posibilidad que fosilice es muy rara y menos en tetrápodos de casi 300 millones de años. Por eso traemos a Aragosaurus el descubrimiento de diminutos fragmentos de piel encontrados en el pequeño reptil Captorhinus aguti del Pérmico inferior. Estos fósiles provienen de un sistema de rellenos de antiguos cueva Richards Spur, Oklahoma (EE.UU.). En estos rellenos se han encontrado miles de huesos de Captorhinus, por lo que los microscópicos restos de piel recuperados se han asignado a este animal.
Los tetrápodos somos los animales que nos adaptamos a vivir fuera del agua, con diferentes novedades evolutivas bien diferenciadas de los peces en sentido amplio. Entre los tetrápodos, un grupo llamado los amniotas lograron desarrollar una estructura, el huevo amniota, que les permitía reproducirse fuera del agua, como lo hacen los anfibios. Tradicionalmente los paleontólogos han considerado que los primeros amniotas (reptiles primitivos) tendrían una piel muy similar a los reptiles actuales, pero era una hipótesis que necesitaba comprobación. El descubrimiento de la piel de Captorhinus ha permitido comprobarla y demostrar que la pies reptiliana apareció al comienzo de la evolución de las tetrápodos amniotas. Un invento que ha perdurado hasta nuestros días
Si quieres conocer más puedes escuchar el podcast de Aragón Radio con una entrevista a nuestro aragosaurero José Ignacio Canudo
La publicación original de la revista Current Biology puedes consultarla aquí