Un cubil de leopardos en el Moncayo.

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El estudio ha sido publicado en la revista PLOS ONE, en una investigación liderada por el aragosaurero Víctor Sauqué que ha contado con la colaboración de los también aragosaureros Raquel Rabal y Gloria Cuenca  Bescós así como de la arqueóloga Cristina Sola.

Las acumulaciones de restos de grandes mamíferos localizadas en yacimientos en cuevas del Cuaternario son normalmente generados por la acción de homínidos o de hiena de las cavernas (Crocuta crocuta spelaea). También conocemos que los leopardos suben sus capturas a lo alto de los árboles para protegerlas de otros depredadores, pero también los leopardos que habitan  zonas con cavidades prefieren llevar sus presas al interior de estas en vez de encaramarlas a los árboles.

En el estudio publicado en la revista PLOS ONE se han estudiado más de 1000 fragmentos de huesos recogidos en la superficie, entre los cuales se han identificado restos de oso pardo (Ursus arctos), de lobo (Canis lupus), de leopardo (Panthera pardus), de lince (Lynx sp.), de ciervo (Cervus elaphus), de corzo (Capreolus capreolus), de cabra montés (Capra pyrenaica), de sarrio (Rupicapra pyrenaica), de uro (Bos primigenius), de cebro (o enzebro, Equus hydruntinus), y de caballo (Equus ferus). La cabra montés (la cual es una de las presas favoritas de los leopardos que habitan en zonas montañosas) es el taxón predominante en el yacimiento (58% del total de los restos), los carnívoros también son abundantes (32%), siendo las especies predominantes el oso pardo y el leopardo mientras que el lobo y el lince  son meramente testimoniales. Esta asociación es característica del Pleistoceno Superior.

Se han estudiado las marcas de corte (muy poco frecuentes), las marcas de mordisqueo, las cuales presentan un patrón similar al que generan los leopardos al consumir un cadáver, es decir baja modificación de los huesos, escasas marcas de mordisqueo, baja fracturación, y marcas de dientes (pits y punctures). Al contrario las acumulaciones generadas por homínidos se caracterizan por la presencia de abundante industria lítica, numerosas marcas de corte y un alto grado de fracturación, características no observadas en los Rincones. En este sentido, las acumulaciones generadas por hienas se caracterizan por tener restos de hienas, especialmente dientes de las crías, de coprolitos, huesos digeridos, y muchos huesos con mordiscos. Nada de esto hay en los Rincones. Esta investigación ha atraído la atención de nada menos que de National Geographic, que nos dedicó el siguiente artículo:

http://phenomena.nationalgeographic.com/2014/04/01/how-leopards-helped-make-the-fossil-record/

Para finalizar los autores agradecen la colaboración del CEA (Centro de espeleología de Aragón) por la ayuda en el complicado trabajo en el interior de la cueva, así como a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón la cual subvencionó dicha actuación (EXP 132/2010 ). Tampoco nos queremos olvidar del Parque Natural del Moncayo y de las gentes de Purujosa por la facilidades dadas para desarrollar esta investigación.

La referencia del trabajo es: Sauqué, V., Rabal-Garcés, R., Sola-Almagro, C., & Cuenca-Bescós, G. (2014). Bone Accumulation by Leopards in the Late Pleistocene in the Moncayo Massif (Zaragoza, NE Spain). PloS one, 9 (3), e92144.

LUGAR Zaragoza, España

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