Vista general del yacimiento del río Cabra. Uno de los surcos que se cita en el texto se encuentra a la izquierda del martillo. Foto José Ignacio Canudo
El yacimiento del río Cabra en Obón (Parque Cultural del Río Martín, Teruel) conserva más de treinta icnitas de, al menos, tres dinosaurios distintos. Es un yacimiento que puede visitarse y tiene una serie de paneles explicativos donde explica cómo se formó el yacimiento y los posibles productores de las icnitas. Algunas de ellas son claras que fueron formadas por dinosaurios ornitópodos de tamaño medio y grande, de los que se han descrito algunos en áreas cercanas como Delapparentia en la cercana localidad de Galve. Estos dinosaurios se desplazaron de manera dificultosa por una zona encharcada, de manera que las pisadas levantaron una gran cantidad de barro. Pero además el yacimiento encierra un misterio que por el momento no hemos sabido interpretar.
Hay dos surcos anchos y rectilíneos que recorren una parte del yacimiento. Estos surcos tienen la base plana y a los lados tienen un reborde de barro, similar al que se forma cuando pisamos en una zona embarrada y el barro se acumula en los bordes de la pisada. Además, estos surcos tienen algunas depresiones en su interior similares a las que tienen las icnitas del yacimiento. En las fotografías se pueden ver estos surcos. ¿Qué son y como se han formado estos surcos? Desde el comienzo de la investigación de este yacimiento nos hemos planteado su origen, ya que no hemos visto, ni en la literatura hay estructuras similares descritas en yacimientos de icnitas de dinosaurio.
Se han propuesto diferentes hipótesis. La inicial es que fueran marcas producidas por la erosión ruedas de carro. Hay que tener en cuenta que se encuentra en un antiguo camino. Sin embargo, la presencia de rebordes de barro indica que es una estructura que se formó a la vez que el resto del yacimiento y no en la actualidad. Nuestros compañeros estratígrafos han apuntado que sean surcos producidos por corrientes de agua, una vez más los rebordes de barro no son compatibles con esta interpretación. Parece, por tanto, que debieron ser formados por los dinosaurios. Una posibilidad es que fuera una marca de la cola. Son icnofósiles raros, pero en la literatura aparecen impresiones de cola. En todos los casos hacen eses, reproduciendo el movimiento de la cola al desplazarse el animal. No es el caso, ya que nuestros surcos son rectos. La última posibilidad que se nos ha ocurrido es que fueron producidos por el arrastre de los miembros de los dinosaurios sobre el barro durante unos metros. En vez de desplazarse levantando el pie, lo arrastraban. Si fuera así, sería muy chulo, porque no se ha descrito en ningún otro yacimiento y sería la primera vez en el mundo, pero tenemos que seguir trabajando para demostrarlo.