Los coleccionistas privados proporcionan un valioso servicio: muchos espcímenes de gran valor científico nunca se hubiera encontrado, recogido y preparado sin su entusiasmo y dedicación. Un buen ejemplo son los distintos ejemplares de Archaeopteryx (el ave más antigua descubierta hasta el momento). Las instituciones en demasiadas ocasiones carecen de fondos e incluso personal para realizar excavaciones importantes, o para comprar ejemplares de gran interés científico que no suelen ser donados a los museos.
Gracias a la colaboración de los colecciones privados, estos especímenes de interés científico pueden ser descritos y documentados (por ejemplo usando la Tomografía computerizada). La recuperación de esta información siempre es preferible a pasar por alto datos importantes científicos, incluso si el acceso posterior a las piezas tiene alguna limitación.
Estamos de acuerdo que los especímenes deben ser guardados en condiciones que permitan la posterior revisión por parte de otros investigadores. En este punto, vale la pena apostillar que nuestra experiencia indica que el acceso a material depositado en museos es a veces negado, los ejemplares pueden perderse, destruido o exhibirse de una manera que hace el estudio detallado difícil
Gracias a la colaboración de los colecciones privados, estos especímenes de interés científico pueden ser descritos y documentados (por ejemplo usando la Tomografía computerizada). La recuperación de esta información siempre es preferible a pasar por alto datos importantes científicos, incluso si el acceso posterior a las piezas tiene alguna limitación.
Estamos de acuerdo que los especímenes deben ser guardados en condiciones que permitan la posterior revisión por parte de otros investigadores. En este punto, vale la pena apostillar que nuestra experiencia indica que el acceso a material depositado en museos es a veces negado, los ejemplares pueden perderse, destruido o exhibirse de una manera que hace el estudio detallado difícil
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