Los fósiles
de Tyrannosaurus rex y otro tiranosáuridos presentan de manera común unas
lesiones en forma circular situdas en la mandíbula, a veces en un lado, o en
los dos. Las causas de estas lesiones ha sido interpretado en Sue, el T. rex mas famoso, como resultado de una infección bacteriana del hueso
(actinomycosis) o por marcas de mordiscos de otros tiranosáuridos. Los
investigadores norteamericanos liderados por E. Wolf han hecho un seguimiento
de los ejemplares con esta metodología, identificando 10 individuos que las
presentan. Tras comparar la forma y disposición de estas patologías han llegado
a la conclusión que pudo estar producido por una infección parasitaria bien
conocida en aves actuales llamada trichomonosis. Especialmente en rapaces
produce patologías similares.
Si los
investigadores están en lo cierto, se trata de la primera evidencia de una
enfermedad de las aves presente en dinosaurios terópodos. Además apuntan que la
abundancia de los ejemplares infectados indica que los tiranosáuridos del Cretácico
Superior de Norteamérica estaban comúnmente infectados por un protozoo similar
a Trichomonas gallinae. Esto podría indicar un comportamiento de alimentación
por parte de varios individuos de los mismos ejemplares infectados con este
parasito, o incluso canibalismo. El famoso tiranosáurido Sue tiene tan
desarrollada la enfermedad que posiblemente fuera la causa de su muerte
La
referencia completa es: Wolff, E. D. S., Salisbury, S. W., Horner, J. R. & Varricchio, D. J. 2009. Common avian infection plagued in the tyrant dinosaurs. Plos One,4(9), e7288.
LUGAR EE.UU.