Iguanodon es uno de los dinosaurios más conocidos y con mayor proyección sociocultural en Europa. Definido en 1825 por Mantell a partir de fósiles descubiertos en Inglaterra, Iguanodon fue el segundo dinosaurio descrito en la literatura paleontológica -un año después de Megalosaurus-, y forma parte del trío fundador propuesto por Owen en 1842 con el nombre de Dinosauria. Iguanodon inspiró la primera reconstrucción conocida de un dinosaurio (hacia 1834), y su esqueleto fue el primero que se montó en Europa (en 1878). Además, Iguanodon es uno de los dinosaurios cuya anatomía mejor se conoce, ya que está representado en el registro fósil por un gran número de ejemplares, algunos de ellos completos y articulados.
Se han descrito numerosas especies de Iguanodon, la mayoría de ellas basadas en restos fósiles descubiertos en las facies «Weald» del Cretácico Inferior de Inglaterra y formaciones equivalentes de Bélgica, e incluso fuera de Europa. En este sentido, Iguanodon ha sido comparado con taxones «cajón de sastre» como Megalosaurus y Cetiosaurus. En los últimos años, varias publicaciones han roto con el esquema clásico por considerarlo artificial, y proponen uno alternativo donde Iguanodon no es sino uno de los numerosos taxones de ornitópodos iguanodontios que vivieron durante el Cretácico Inferior.
Iguanodon es un dinosaurio frecuentemente citado en los yacimientos españoles. La cita más antigua es obra del naturalista Vilanova, quien en 1872 y 1873 señaló el hallazgo de huesos de Iguanodon en Utrillas (Teruel) y Morella (Castellón). No obstante, ninguna de las piezas de la colección Vilanova conservadas en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid puede atribuirse a Iguanodon. Royo Gómez en los años 1920, Lapparent en los años 1960 y otros autores a partir de los años 1980 han descrito restos esqueléticos de Iguanodon en yacimientos del Cretácico Inferior de las provincias de Burgos, Castellón, Cuenca, Soria y Teruel. Además, las icnitas atribuidas a «iguanodóntidos» son muy frecuentes en el Cretácico Inferior de Burgos, La Rioja, Teruel y Soria.
Respecto a los restos óseos, en algunos trabajos el material se atribuye a
Iguanodon sp. En otros casos, se ha propuesto una asignación específica, distinguiéndose dos especies de Iguanodon en función del tamaño: I. bernissartensis (tamaño grande) e I. atherfieldensis (tamaño pequeño). La presencia de I. bernissartensis está bien documentada en el Aptiense Inferior de Morella (Castellón). Restos hallados en el Barremiense Inferior de Galve (Teruel) y asignados a esta especie por Lapparent en 1960 han sido atribuidos en 2011 al nuevo género y especie Delapparentia turolensis por Ruiz- Omeñaca. Aunque se ha citado la presencia de M. atherfieldensis en varias localidades españolas, el único material susceptible de pertenecer a este taxón, procedente del Barremiense inferior de Galve (Teruel), está sin revisar. Igualmente en 2011, los restos de Iguanodon cf. fittoni del tránsito Hauteriviense-Barremiense de Salas de los Infantes (Burgos) han sido asignados por Pereda Suberbiola y colaboradores a un ornitópodo indeterminado que se distingue de Hypselospinus y otros iguanodontios por poseer vértebras dorsales con altas espinas neurales orientadas verticalmente.
Y mucho más en la publicación….
Se han descrito numerosas especies de Iguanodon, la mayoría de ellas basadas en restos fósiles descubiertos en las facies «Weald» del Cretácico Inferior de Inglaterra y formaciones equivalentes de Bélgica, e incluso fuera de Europa. En este sentido, Iguanodon ha sido comparado con taxones «cajón de sastre» como Megalosaurus y Cetiosaurus. En los últimos años, varias publicaciones han roto con el esquema clásico por considerarlo artificial, y proponen uno alternativo donde Iguanodon no es sino uno de los numerosos taxones de ornitópodos iguanodontios que vivieron durante el Cretácico Inferior.
Iguanodon es un dinosaurio frecuentemente citado en los yacimientos españoles. La cita más antigua es obra del naturalista Vilanova, quien en 1872 y 1873 señaló el hallazgo de huesos de Iguanodon en Utrillas (Teruel) y Morella (Castellón). No obstante, ninguna de las piezas de la colección Vilanova conservadas en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid puede atribuirse a Iguanodon. Royo Gómez en los años 1920, Lapparent en los años 1960 y otros autores a partir de los años 1980 han descrito restos esqueléticos de Iguanodon en yacimientos del Cretácico Inferior de las provincias de Burgos, Castellón, Cuenca, Soria y Teruel. Además, las icnitas atribuidas a «iguanodóntidos» son muy frecuentes en el Cretácico Inferior de Burgos, La Rioja, Teruel y Soria.
Respecto a los restos óseos, en algunos trabajos el material se atribuye a
Iguanodon sp. En otros casos, se ha propuesto una asignación específica, distinguiéndose dos especies de Iguanodon en función del tamaño: I. bernissartensis (tamaño grande) e I. atherfieldensis (tamaño pequeño). La presencia de I. bernissartensis está bien documentada en el Aptiense Inferior de Morella (Castellón). Restos hallados en el Barremiense Inferior de Galve (Teruel) y asignados a esta especie por Lapparent en 1960 han sido atribuidos en 2011 al nuevo género y especie Delapparentia turolensis por Ruiz- Omeñaca. Aunque se ha citado la presencia de M. atherfieldensis en varias localidades españolas, el único material susceptible de pertenecer a este taxón, procedente del Barremiense inferior de Galve (Teruel), está sin revisar. Igualmente en 2011, los restos de Iguanodon cf. fittoni del tránsito Hauteriviense-Barremiense de Salas de los Infantes (Burgos) han sido asignados por Pereda Suberbiola y colaboradores a un ornitópodo indeterminado que se distingue de Hypselospinus y otros iguanodontios por poseer vértebras dorsales con altas espinas neurales orientadas verticalmente.
Y mucho más en la publicación….
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