Los ictiosaurios son los "reptiles" mejor adaptados a la vida en el mar. Muchos los han considerado en cuanto su ecología como los delfines del Mesozoico. Fueron abundantes en el Triásico y en el Jurásico para poco a poco durante el Cretácico Inferior ir disminuyendo su diversidad. Platypterygius proviene de unos niveles que tendrían unos 100 millones de años. Lo que llamó la atención a los investigadores son unas patologías en forma de surcos presentes en su mandíbula, que interpretan se lo produjo otro ictiosaurio. Nuestro individuo fue capaz de vivir un tiempo después de los mordiscos, ya que hay crecimiento de hueso sobre la marca, y esto solo puede producirse en vida del organismo. En el momento que se muere, cesa el crecimiento del hueso y la herida queda limpia como se observa en marcas de carroñeo. Las heridas debieron ser importantes, por la profundidad de la patología, pero el ictiosaurio pudo sobrevivir.
los investigadores Zammit y Kear proponen que fue otro ejemplar de la misma especie que le produjo las heridas, se basan en que predadores de gran tamaño que convivieran con Platypterygius solo estaría el enorme pliosaurio Kronosaurus y grandes tiburones. Las marcas de los dientes que producirían estos predadores serían muy diferentes. Además atacarían las partes blandas y no las mandíbulas. Sin embargo en peleas entre individuos de la misma especie como sucede en la actualidad con los cocodrilos los mordiscos son en la mandíbulas. Quizás es el resultado de una pelea entre machos por una bella ictiosauria de hace 100 millones de años. Al menos es sugerente.
El trabajo de los investigadores Zammit y Kear puede consultarse en la revista Acta Paleontologica Polonica. Una versión sin maquetar se puede descargar directamente de la revista La referencia completa Zammit, M., Kear, B. P. 2011. Healed bite marks on a Cretaceous ichtyosaur. Acta Paleontologica Polonia. En prensa. doi:10.4202/app.2010.0117
los investigadores Zammit y Kear proponen que fue otro ejemplar de la misma especie que le produjo las heridas, se basan en que predadores de gran tamaño que convivieran con Platypterygius solo estaría el enorme pliosaurio Kronosaurus y grandes tiburones. Las marcas de los dientes que producirían estos predadores serían muy diferentes. Además atacarían las partes blandas y no las mandíbulas. Sin embargo en peleas entre individuos de la misma especie como sucede en la actualidad con los cocodrilos los mordiscos son en la mandíbulas. Quizás es el resultado de una pelea entre machos por una bella ictiosauria de hace 100 millones de años. Al menos es sugerente.
El trabajo de los investigadores Zammit y Kear puede consultarse en la revista Acta Paleontologica Polonica. Una versión sin maquetar se puede descargar directamente de la revista La referencia completa Zammit, M., Kear, B. P. 2011. Healed bite marks on a Cretaceous ichtyosaur. Acta Paleontologica Polonia. En prensa. doi:10.4202/app.2010.0117
LUGAR Australia