Hoy, 30 de agosto de 2023 Roy Plotnick y colaboradores publican un interesante artículo sobre historia de la vida y paleontología en la revista Scientific American. Nuestra aragosaurera Gloria Cuenca nos ha preparado un resumen de este artículo en el que los autores muestran la importancia de la paleontología como clave de futuro.
La paleontología es la ciencia que muestra cómo, cuándo y dónde, desde hace más de tres mil millones de años hasta el presente, la vida se ha ido adaptando al cambio climático, a las catástrofes ambientales de origen terrestre y extraterrestre, a los cambios en la atmósfera, la química de la tierra, la geografía y la competencia por los recursos y el espacio donde habitar. Los fósiles muestran que los seres vivos han ido apareciendo y desapareciendo, evolucionando y adaptándose a los cambios y desafíos ambientales.
Los autores del artículo que me ha inspirado esta reseña nos recuerdan que los fósiles evidencian directamente la larga historia de la vida, permitiendo testar hipótesis evolutivas que ninguna otra especialidad puede acometer. La investigación de la vida en el pasado, desde las bacterias y los organismos unicelulares como los foraminíferos hasta las plantas y animales, incluyéndonos nosotros mismos y los dinosaurios.
Sin la paleontología no hubiéramos conocido las variaciones de la biodiversidad en el tiempo, ni los orígenes de las especies de animales y plantas actuales, ni los de nuestra propia especie. Con gran estupor vemos que la enseñanza de la biología es cada vez más reduccionista y ahistórica, dejando fuera la paleontología, la única que nos permite conocer la historia que conduce a la biosfera actual y que es tan importante como estudiar el gen y la célula.
El presente enfrenta a la humanidad ante graves problemas ambientales y climáticos, como nunca los ha habido, de manera tan global y tan rápida: la pérdida masiva de biodiversidad, el cambio climático, la acidificación de los océanos. Los fósiles son la herramienta con la que los paleontólogos proporcionan las claves de los modelos climáticos esenciales para predecir el futuro del cambio climático, así como de la respuesta de la vida al aumento de la temperatura, de los niveles de dióxido de carbono, de la acidez de los océanos, ya que estos fenómenos han ocurrido en otros momentos de la historia de la tierra.
Por otra parte, dicen los autores, la paleontología recuerda cómo la extinción de las especies puede ser casi instantánea, como ocurrió con la extinción de los dinosaurios, al final del cretácico, hace 66 millones de años. La investigación sobre las causas de las extinciones en el pasado ha abierto innovadoras líneas de trabajo, algunas enfocadas en el potencial peligro para la biosfera y la humanidad. La rapidez con la que se está produciendo la extinción de miles de especies actuales es equivalente a las cinco catastróficas extinciones del pasado y por esto, a la actual, se denomina la sexta extinción.
Esta es otra de las herramientas importantes de la paleontología, podemos saber el tiempo que necesitan los ecosistemas y la biodiversidad para recuperarse. A nuestro planeta le llevó varios millones de años recuperarse de la extinción cretácica. Diminutas formas de vida sobrevivieron durante unos cinco millones de años, en el periodo llamado Paleoceno, en una tierra vacía de grandes animales y plantas. Los mamíferos empezaron a recuperarse de la catástrofe hace unos 50 millones de años, cerca de cuatro millones de años después de la gran extinción. Y no fue una recuperación rápida. La biosfera que conocemos hoy ha necesitado al menos dos millones y medio de años para desarrollarse, durante el tiempo geológico que conocemos como Pleistoceno y Holoceno.
El descubrimiento de fósiles espectaculares como los dinosaurios o los cráneos de Atapuerca, aun con ser magníficos, es una pobre representación de la amplitud y profundidad de la investigación paleontológica, multidisciplinar por necesidad pues los fósiles fueron entes vivos por lo que hay que saber biología; se encuentran en las rocas, por lo que hay que saber geología; se han fosilizado por lo que hay que saber química y física; son parte de líneas evolutivas actuales o extintas, por lo que hay que saber anatomía, genética, botánica, microbiología, zoología. La paleontología trabaja con herramientas clásicas como palas, azadas, martillos para excavar; bombas de agua para obtener microfósiles y sofisticadas como es el uso de CT escáneres, espectrómetros láser, analítica estadística, fotogrametría, LIDAR, entre otras muchas modernas e innovadoras tecnologías para el estudio de los materiales.
Recuerdan los autores que el Premio Nobel en Medicina 2022, fue otorgado al paleontólogo sueco Svante Pääbo por sus hallazgos sobre el ADN de los neandertales y otros mamíferos extintos como los osos de las cavernas y los mamuts. Los aragosaureros también estudiamos osos de las cavernas y neandertales y dinosaurios, pero no hay premio nobel de paleontología. Vamos a inventarlo.
Otra enorme, aunque poco conocida contribución de la paleontología a la educación y formación de las nuevas generaciones es que la popularidad de ciertos fósiles, como los dinosaurios, los tigres dientes de sable, los neandertales, los trilobites y los ammonites, han sido inspiración para carreras STEM, por las iniciales en inglés de las áreas de conocimiento involucradas Science, Technology, Engineering and Mathematics.
El articulo cierra con un inspirador párrafo que copio directamente en inglés: Paleontologists know that understanding life’s past is critical to anticipating and adapting to life’s and humanity’s future. Paleontology is vital because it brings its unique and critical perspective to current challenges in climate change, biodiversity loss and the environment. Paleontologists are prophets of the future because they know the past.
Que libremente traducido al castellano viene a decir: Para los paleontólogos, comprender el pasado es fundamental para anticipar y adaptarse al futuro de la vida y de la humanidad. La paleontología aporta una perspectiva única y crítica a los desafíos actuales del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el medio ambiente. Podemos afirmar que los paleontólogos vemos el futuro porque conocemos el pasado.