Archaropteryx es sin duda uno de los fósiles más famosos debido a que se conocen varios
ejemplares articulados recuperados en su mayoría en el siglo XIX en canteras de
caliza litográfica del Jurásico Superior de Alemania. La impresión de plumas en
alguno de los ejemplares hizo que se clasificará como un ave primitiva.
El estudio del material se realizó a
partir de muestras de hueso cortical extraídas de fracturas de huesos rotos. Hay
que tener en cuenta que se trata de unos fósiles muy frágiles y únicos, por lo
que hay que aprovechar cualquier esquirla, ya que no se puede cortar los huesos
como se hace normalmente para estudiar la paleohistología de los huesos.
El estudio de las secciones de hueso de Archaeopteryx y de otras aves basales primitivas como Jeholornis del Cretácico Inferior de China demuestra que tienen un crecimiento óseo similar a la que tienen los dinosaurios terópodos cercanos a las aves. Por tanto, las primeras aves son dinosaurios emplumados en cuanto a su crecimiento y a su fisiología energética. El análisis del crecimiento de Archaeopteryx sugiere que estos animales tenían un crecimiento exponencial similar al de los terópodos, tres veces más lento que las aves actuales.
La
referencia completa del trabajo es: Erickson, G. M., Rauhut, O. W. M., Zhou, Z., Turner, A. H., Inouye, B. D., Hu, D. & Norell, M. A. 2009. Was dinosaurian physiology inherited by birds? reconciling slow growth in Archaeopteryx. Plos One, 4, 10, e7390.
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