Os adjuntamos el resumen de la charla
La extinción de los dinosaurios no avianos en el límite Cretácico-Terciario es uno de los temas de investigación más populares. Posiblemente, la razón se deba a la singularidad de los acontecimientos alrededor de la extinción de los animales más famosos de la historia de la vida. Durante un pequeño intervalo al final del Cretácico se produjeron una serie de fenómenos que desestabilizaron y incluso destruyeron muchos ecosistemas terrestres. Una inusitada actividad volcánica y el impacto de un gran meteorito son las dos principales causas aceptadas como los agentes asesinos de los dinosaurios. Sin embargo, la escasez de registro de dinosaurios a nivel mundial al final del Cretácico dificulta cuantificar cuál es la importancia de cada uno de estos fenómenos.
La causa volcánica se ha relacionado con una extinción más dilatada en el tiempo, y la causa extraterrestre con una extinción instantánea. Sin embargo, ambos procesos no son excluyentes y un modelo que los integre posiblemente sea el más adecuado. La información disponible indica que la extinción fue compleja, por una parte culminó un proceso de pérdida de biodiversidad comenzado en el Campaniense. Por otra, los efectos catastróficos de un impacto de un meteorito pudieron acelerar ese proceso, produciéndose la extinción de los últimos dinosaurios no avianos unos miles de años después del impacto.
El punto de partida de esta contribución es una pregunta ¿Qué nos enseña la extinción de los dinosaurios sobre la historia de la vida y de la Tierra? Como se desprende de los párrafos anteriores hay tres ideas generales que quiero destacar: la primera enseñanza es que los cambios en las asociaciones de los organismos en la Tierra pueden producirse muy rápidamente por acción de fenómenos terrestres y/o extraterrestres. En segundo lugar, que la vida en su conjunto es capaz de superar grandes cataclismos, aunque grupos completos de organismos se extingan. La tercera es que la vida de la Tierra en cada momento, está en consonancia con las condiciones medioambientales. Por tanto la vieja (pero moderna) idea de Gaia de considerar a la Tierra en su conjunto parece acertada.
La extinción de los dinosaurios no avianos en el límite Cretácico-Terciario es uno de los temas de investigación más populares. Posiblemente, la razón se deba a la singularidad de los acontecimientos alrededor de la extinción de los animales más famosos de la historia de la vida. Durante un pequeño intervalo al final del Cretácico se produjeron una serie de fenómenos que desestabilizaron y incluso destruyeron muchos ecosistemas terrestres. Una inusitada actividad volcánica y el impacto de un gran meteorito son las dos principales causas aceptadas como los agentes asesinos de los dinosaurios. Sin embargo, la escasez de registro de dinosaurios a nivel mundial al final del Cretácico dificulta cuantificar cuál es la importancia de cada uno de estos fenómenos.
La causa volcánica se ha relacionado con una extinción más dilatada en el tiempo, y la causa extraterrestre con una extinción instantánea. Sin embargo, ambos procesos no son excluyentes y un modelo que los integre posiblemente sea el más adecuado. La información disponible indica que la extinción fue compleja, por una parte culminó un proceso de pérdida de biodiversidad comenzado en el Campaniense. Por otra, los efectos catastróficos de un impacto de un meteorito pudieron acelerar ese proceso, produciéndose la extinción de los últimos dinosaurios no avianos unos miles de años después del impacto.
El punto de partida de esta contribución es una pregunta ¿Qué nos enseña la extinción de los dinosaurios sobre la historia de la vida y de la Tierra? Como se desprende de los párrafos anteriores hay tres ideas generales que quiero destacar: la primera enseñanza es que los cambios en las asociaciones de los organismos en la Tierra pueden producirse muy rápidamente por acción de fenómenos terrestres y/o extraterrestres. En segundo lugar, que la vida en su conjunto es capaz de superar grandes cataclismos, aunque grupos completos de organismos se extingan. La tercera es que la vida de la Tierra en cada momento, está en consonancia con las condiciones medioambientales. Por tanto la vieja (pero moderna) idea de Gaia de considerar a la Tierra en su conjunto parece acertada.
LUGAR Ainsa, Huesca, España