Lo que más llama atención de los peces planos (pleuronectiformes), popularmente conocidos como “lenguados” es que tienen los dos ojos en el mismo lado, lo que les permite cazar y vigilar al mismo tiempo. Esta novedad evolutiva supone que algún momento algunas en algunas formas primitivas había migrado el ojo de su posición habitual. Pero como había sido el proceso era objeto de debate desde el siglo XIX. Lo curioso de estos peces planos en la actualidad está en que sus larvas nacen con una visión simétrica, pero cuando crecen un ojo va migrando hacia el otro lado. Los opositores de la teoría de la evolución de las especies señalaban que esta característica tan peculiar se debía a una mutación súbita de la especie.
El investigador norteaméricano Matt Friedman ha estudiado ejemplares del Eoceno de Inglaterra, Francia, Italia y Austria. La clave la obtuvo en dos individuos del Museo de París conservados en calizas. Se trata de dos ejemplares que llevan mucho tiempo en el Museo, ya que fueron donadas por un coleccionista italiano a Napoleón Bonaparte cuando invadió su país a principios del siglo XIX. Estos fósiles habían sido estudiados y asignados al Amphistium y otra era de un género nuevo para el que ha propuesto el nombre Heteronectes (un nadador diferente, en su traducción del griego). Ambas piezas se conocían, pero nadie las había relacionado con las platijas modernas. Estos ejemplares presentan la migración orbital de forma incompleta en ambos fósiles porque aún no había cruzado la línea del medio. Eso confirma que la asimetría craneal de estos peces se produjo de forma gradual. De este modo obtuvo una información anatómica que no tenía precedentes y que aclaraba, según asegura, las dudas que tuvo Darwin. El famoso científico británico del siglo XIX no podía explicar el mecanismo por el cual el cambio en la simetría ocular de estos peces parecía repentino
Estos nuevas interpretaciones le ha permitido confirmar el camino evolutivo que siguieron estas especies de peces planos. Se trata de un eslabón perdido entre los que tienen un ojo a cada lado del cráneo y los que los tienen en el mismo. El artículo señala que al ser animales que se posan siempre del mismo lado en el fondo oceánico, necesitan los dos ojos en un solo lateral para poder vigilar a los depredadores, a la vez que buscan presas que llevarse al estómago.
El investigador norteaméricano Matt Friedman ha estudiado ejemplares del Eoceno de Inglaterra, Francia, Italia y Austria. La clave la obtuvo en dos individuos del Museo de París conservados en calizas. Se trata de dos ejemplares que llevan mucho tiempo en el Museo, ya que fueron donadas por un coleccionista italiano a Napoleón Bonaparte cuando invadió su país a principios del siglo XIX. Estos fósiles habían sido estudiados y asignados al Amphistium y otra era de un género nuevo para el que ha propuesto el nombre Heteronectes (un nadador diferente, en su traducción del griego). Ambas piezas se conocían, pero nadie las había relacionado con las platijas modernas. Estos ejemplares presentan la migración orbital de forma incompleta en ambos fósiles porque aún no había cruzado la línea del medio. Eso confirma que la asimetría craneal de estos peces se produjo de forma gradual. De este modo obtuvo una información anatómica que no tenía precedentes y que aclaraba, según asegura, las dudas que tuvo Darwin. El famoso científico británico del siglo XIX no podía explicar el mecanismo por el cual el cambio en la simetría ocular de estos peces parecía repentino
Estos nuevas interpretaciones le ha permitido confirmar el camino evolutivo que siguieron estas especies de peces planos. Se trata de un eslabón perdido entre los que tienen un ojo a cada lado del cráneo y los que los tienen en el mismo. El artículo señala que al ser animales que se posan siempre del mismo lado en el fondo oceánico, necesitan los dos ojos en un solo lateral para poder vigilar a los depredadores, a la vez que buscan presas que llevarse al estómago.
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