Los aragosaureros y miembros del IUCA, y de la Universidad de Zaragoza, Víctor Jerjotoma-Ortín, Gloria Cuenca-Bescós y Carlos Mazo acaban de publicar un artículo que describe minuciosamente las "marcas de la bestia" en los huesos de mamíferos fósiles de la cueva Abauntz (Navarra), dicho de manera técnica, la historia tafonómica de los huesos conservados en este yacimiento.

La cueva de Abauntz fue excavada por la profesora Pilar Utrilla y su equipo, entre el que se encontraba el profesor Carlos Mazo. Los huesos del nivel h, el nivel más antiguo excavado, son abundantes y han sido puestos en valor gracias a la tesis doctoral de Víctor, leída en plena post-pandemia del COVID, y dirigida Carlos y Gloria. Una parte de esta tesis se ha publicado en una revista de gran importancia en arqueología como es Journal of Archaeological Science Reports. El trabajo ha sido arduo, primero ha habido que determinar y describir la anatomía ósea de cada hueso, luego descifrar, como si fuera Sherlock Holmes, las marcas de las bestias, los arañazos y mordiscos de los animales. En el nivel h de la cueva de Abauntz ni una sola marca ha podido ser atribuida a los humanos, aunque hay indicios de neandertales por escasas herramientas líticas encontradas en el mismo. Los humanos, en los niveles más recientes ocuparon la cueva intensamente. Lo que empezó siendo una guarida de grandes osos y otros carnívoros se convertiría con el tiempo en el refugio de humanos modernos, pero esa es otra historia que contaremos en otra ocasión.

Os adjuntamos el resumen abreviado del artículo: La cueva de Abauntz (Navarra, España) tiene presencia humana desde hace 50.000 años. En este artículo presentamos los resultados de los análisis de tafonomía y taxonomía realizados sobre un conjunto compuesto por más de 3.000 huesos encontrados en la unidad h de la cueva de Abauntz, el nivel más antiguo de la estratigrafía de la cueva con presencia humana y fechado en el MIS 3. Hay 14 taxones de mamíferos, representados por 33 individuos, la mayoría osos de las cavernas (Ursus spelaeus). El estudio tafonómico evalúa la tasa de supervivencia esquelética, la distribución espacial, el patrón de rotura de los elementos esqueléticos y las marcas de dientes en los restos. En conjunto, los resultados combinados de los análisis permitieron inferir que los carnívoros fueron los principales agentes acumuladores. Se propone un patrón de ocupación de la cueva, con Ursus spelaeus utilizando la cavidad durante el invierno como refugio para hibernar. En cambio, otros carnívoros lo utilizaban en otras estaciones principalmente para alimentarse. En algún momento durante MIS 3, los neandertales lo visitaron brevemente, dejando un conjunto de herramientas musterienses. Los resultados se comparan con los de fauna descritos en niveles más recientes dentro de la cueva, mostrando una severa disminución en la variedad y abundancia de los carnívoros.

Referencia:

Víctor Jerjotoma-Ortín, Gloria Cuenca-Bescós, Carlos Mazo. 2024. The Mark of the Beast: a bone assemblage assessment from the North of the Iberian Peninsula (MIS 3),
Journal of Archaeological Science: Reports, 54, 2024, 104409, ISSN 2352-409X, https://doi.org/10.1016/j.jasrep.2024.104409.
(https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352409X24000373)