Los paleontólogos han reconocido desde hace muchos años el gran cambio biótico entre el Cretácico y el Paleógeno, también conocido como Cretácico – Terciario que sucedió hace 65,5 millones de años. Coincidiendo con este límite se produjo uno de los eventos más devastadores de la historia de la Tierra, entre los que se incluye la extinción de la mayoría de los grupos de dinosaurios.
En los últimos 30 años se ha aportado una gran información sobre la anómala abundante concentración de iridio y de otros platinoides en el nivel donde se ha situado el límite Cretácico – Paleógeno. Esta concentración se ha encontrado a nivel global y ha sido el principal argumento para proponer el impacto de un asteroide de unos 10 kms. de diámetro. Los efectos como consecuencia de este impacto serían devastadores para los ecosistemas terrestres y produciría una gran extinción. En los últimos años se ha localizado el probable lugar de impacto en el península Yucatán (Méjico). El denominado cráter de Yucatán es una estructura de casi 200 kms. de diámetro rellena de sedimentos más modernas que las evidencias indica se produjo en este límite.
En el Golfo de Méjico es donde hay las mejores evidencias sedimentológicos sobre el impacto. Además de incluir las capas de microtectitas más potentes, también hay unidades sedimentarias que se interpretan como resultado directo y la destrucción de la plataforma marina en esta parte del Caribe. Este nuevo trabajo de nuestros colegas propone que solamente existió un único impacto y que no es necesario varios impactos al final del Cretácico como habían sugerido otros investigadores. Esta segunda posibilidad surge por la presencia en algunos cortes mejicanos varios picos de iridio y varias concentraciones de microtectitas. Por tanto el trabajo de Schulte y colaboradores refuerza la idea clásica de un único impacto extraterrestre coincidente con el límite Cretácico-Paleógeno. Este impacto sería suficiente para la extinción de los productores primarios calcáreos y causar una caída de la cadena alimenticia marina. Algo similar produciría en el continente con la destrucción de los bosques de manera instantánea y la consiguiente rotura de la cadena alimenticia continental.
En los últimos 30 años se ha aportado una gran información sobre la anómala abundante concentración de iridio y de otros platinoides en el nivel donde se ha situado el límite Cretácico – Paleógeno. Esta concentración se ha encontrado a nivel global y ha sido el principal argumento para proponer el impacto de un asteroide de unos 10 kms. de diámetro. Los efectos como consecuencia de este impacto serían devastadores para los ecosistemas terrestres y produciría una gran extinción. En los últimos años se ha localizado el probable lugar de impacto en el península Yucatán (Méjico). El denominado cráter de Yucatán es una estructura de casi 200 kms. de diámetro rellena de sedimentos más modernas que las evidencias indica se produjo en este límite.
En el Golfo de Méjico es donde hay las mejores evidencias sedimentológicos sobre el impacto. Además de incluir las capas de microtectitas más potentes, también hay unidades sedimentarias que se interpretan como resultado directo y la destrucción de la plataforma marina en esta parte del Caribe. Este nuevo trabajo de nuestros colegas propone que solamente existió un único impacto y que no es necesario varios impactos al final del Cretácico como habían sugerido otros investigadores. Esta segunda posibilidad surge por la presencia en algunos cortes mejicanos varios picos de iridio y varias concentraciones de microtectitas. Por tanto el trabajo de Schulte y colaboradores refuerza la idea clásica de un único impacto extraterrestre coincidente con el límite Cretácico-Paleógeno. Este impacto sería suficiente para la extinción de los productores primarios calcáreos y causar una caída de la cadena alimenticia marina. Algo similar produciría en el continente con la destrucción de los bosques de manera instantánea y la consiguiente rotura de la cadena alimenticia continental.
LUGAR Méjico
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