El año 1964 los paleontólogos Louis Leakey, Phillip Tobias y John Napier describieron la especie Homo habilis, la más antigua del género Homo, a partir de restos fósiles de hace 1,6 millones de años aparecidos en la famosa garganta de Olduvai, en Tanzania. El holotipo (el individuo elegido para definir la especie) se llamó OH7. Hasta ahora, se havia considerado que, por similitud con la mano de OH7, la especie Paranthropus robustus (también conocida como Australopithecus robustus) que coexistió en el tiempo con Homo habilis hace entre 2,5 y 1 millón de años, también podía fabricar herramientas, a pesar de tener una capacidad craneal sensiblemente inferior.
Después de haber estudiado la morfología de la mano de OH7, el equipo de Salvador Moyà ha demostrado que la mano pertenece a un individuo de Paranthropus boisei. El estudio demuestra que los individuos de Paranthropus y los de Homo tenían diferencias importantes en cuanto a la morfología de las falanges y que, por tanto, ni P. robustus ni P. boisei podían fabricar industria lítica. Del artículo también se desprende que para fabricar herramientas de manera sistemática la capacidad craneal es fundamental. Las características de la mano de Paranthropus boisei se pueden asociar a técnicas especializadas de alimentación. Paranthropus se alimentaba de los recursos que encontraba en la sabana, principalmente de pequeños vegetales y raíces, que recolectaba durante el día. La estructura de su mano le permitía manipular y coger objetos pequeños, de aquí algunas similitudes con la mano de Homo.
Se puede decir, por tanto, que Paranthropus y Homo habitaban nichos ecológicos diferentes y por eso pudieron coexistir en el tiempo. Los primeros se alimentaban básicamente de vegetales, mientras que Homo fabricaba herramientas líticas de manera sistemática para, entre otros, procesar la carne y los huesos.
Después de haber estudiado la morfología de la mano de OH7, el equipo de Salvador Moyà ha demostrado que la mano pertenece a un individuo de Paranthropus boisei. El estudio demuestra que los individuos de Paranthropus y los de Homo tenían diferencias importantes en cuanto a la morfología de las falanges y que, por tanto, ni P. robustus ni P. boisei podían fabricar industria lítica. Del artículo también se desprende que para fabricar herramientas de manera sistemática la capacidad craneal es fundamental. Las características de la mano de Paranthropus boisei se pueden asociar a técnicas especializadas de alimentación. Paranthropus se alimentaba de los recursos que encontraba en la sabana, principalmente de pequeños vegetales y raíces, que recolectaba durante el día. La estructura de su mano le permitía manipular y coger objetos pequeños, de aquí algunas similitudes con la mano de Homo.
Se puede decir, por tanto, que Paranthropus y Homo habitaban nichos ecológicos diferentes y por eso pudieron coexistir en el tiempo. Los primeros se alimentaban básicamente de vegetales, mientras que Homo fabricaba herramientas líticas de manera sistemática para, entre otros, procesar la carne y los huesos.
LUGAR Sabadell, Catalunya, España