En muchos de los ecosistemas actuales, mamíferos, aves, reptiles y otros animales merodean en las cercanías de la línea de costa, de lagos o de ríos, dejando en el barro o en la arena una gran cantidad de pisadas. También los dinosaurios paseaban por ambientes similares. Solo tenemos que pensar en la cantidad de huellas que dejan hoy en día los animales para imaginarnos todas las que pudieron dejar marcadas en los sedimentos los dinosaurios a lo largo de su vida; y, efectivamente, ¡dicha cantidad es muy grande!
Cuando sube el nivel del agua con las mareas, una riada o una tormenta, muchas de estas pisadas pueden quedar cubiertas y se incorporan al registro fósil. Las huellas fósiles (o icnitas) son muy abundantes durante el Mesozoico (periodo que abarca desde hace entre 250 y 65 millones de años), la época en que vivieron los dinosaurios.
Las huellas de dinosaurio –descubiertas millones de años después de su formación por paleontólogos o por aficionados a la paleontología– nos dan una información sobre el comportamiento animal que complementa la que nos ofrecen los huesos fosilizados.
La paleoicnología –ciencia que se encarga de estudiar las huellas del pasado– es una disciplina relativamente reciente en nuestro país. En el año 1965 se encontraron las primeras icnitas de dinosaurios españolas (en otros países, como Inglaterra o EE.UU., los primeros descubrimientos se produjeron 150 años antes). En estos casi 50 años, el número de yacimientos ha ido aumentado y, a día de hoy, España es uno de los países con mayor número. Algunos de ellos son únicos a nivel mundial, como Las Cerradicas en Galve (Teruel). Además, este yacimiento está protegido por una estructura que permite su visita, y esta musealizado con distintos paneles explicativos (Foto 1).
Lo interesante del yacimiento son los comportamientos que allí han quedado grabados en la roca desde hace 145 millones de años. En Las Cerradicas se pueden observar huellas de dos tipos de dinosaurios. Por un lado, hasta seis rastros en los que se ve una secuencia de marcas subtriangulares –pies– y arriñonadas –manos–, que fueron dejadas por dinosaurios herbívoros de cuello largo (dinosaurios saurópodos). Por otro lado, en diez rastros se ve una secuencia de marcas con tres dedos –pies– y marcas ovaladas de pequeño tamaño –manos–, cuyos responsables fueron otro grupo de dinosaurios herbívoros distintos (dinosaurios ornitópodos). Además, ambos tipos de huellas presentan una misma dirección y sentido, una cadencia de paso similar y unos valores de velocidad semejantes.
Imaginemos la escena: estos dos grupos de dinosaurios se desplazaban en grupo, como una manada. Teniendo en cuenta la relación entre las huellas, puede verse que los ornitópodos pisan huellas de los saurópodos, lo cual indica que pasaron poco después, aunque no podamos determinar con exactitud cuánto tiempo. Podemos incluso plantear la hipótesis de una manada formada por diferentes tipos de dinosaurios. De hecho en la actualidad en las grandes migraciones de herbívoros en África es bastante común que haya diferentes especies de mamíferos moviéndose juntos y a la vez.
Pero esto no es todo… Además, los rastros del segundo grupo –ornitópodos– se componen de marcas de pies y de manos que indican una locomoción cuadrúpeda. Tradicionalmente se ha considerado que estos dinosaurios andaban de manera bípeda, ya que en muchos yacimientos las marcas de manos están ausentes. En Las Cerradicas, las manos están presentes, aunque en algunos rastros pueden pasar desapercibidas. De hecho, gracias a las modernas tecnologías (escáneres y modelos digitales) hemos podido precisar que las manos producían menor presión que los pies, quedando marcadas únicamente en la parte más superficial del sedimento. La edad del yacimiento (unos 145 millones de años) hace que sea uno de los más antiguos a nivel mundial donde tenemos conservado un desplazamiento cuadrúpedo de este tipo de dinosaurios.
El yacimiento de Las Cerradicas está situado en el término municipal de Galve, en la provincia de Teruel. Para llegar allí hay que tomar la carretera N-420 hasta el desvío a la A-228 que une Cañada Vellida con Galve. Dista de Teruel unos 58 km y de Zaragoza unos 140 km. Galve es una de las localidades de referencia en el estudio de dinosaurios de nuestro país, ya que se han descrito hasta cuatro especies de dinosaurios distintas: Aragosaurus, Galvesaurus, Gideonmantellia y Delapparentia. Los restos de estos dinosaurios pueden verse en el museo municipal paleontológico de Galve y en el centro de Dinópolis Legendark. Además, la empresa Guías de Galve, ofrece visitas guiadas a los yacimientos de icnitas. Más información en www.dinosauriosgalve.com/
Cuando sube el nivel del agua con las mareas, una riada o una tormenta, muchas de estas pisadas pueden quedar cubiertas y se incorporan al registro fósil. Las huellas fósiles (o icnitas) son muy abundantes durante el Mesozoico (periodo que abarca desde hace entre 250 y 65 millones de años), la época en que vivieron los dinosaurios.
Las huellas de dinosaurio –descubiertas millones de años después de su formación por paleontólogos o por aficionados a la paleontología– nos dan una información sobre el comportamiento animal que complementa la que nos ofrecen los huesos fosilizados.
La paleoicnología –ciencia que se encarga de estudiar las huellas del pasado– es una disciplina relativamente reciente en nuestro país. En el año 1965 se encontraron las primeras icnitas de dinosaurios españolas (en otros países, como Inglaterra o EE.UU., los primeros descubrimientos se produjeron 150 años antes). En estos casi 50 años, el número de yacimientos ha ido aumentado y, a día de hoy, España es uno de los países con mayor número. Algunos de ellos son únicos a nivel mundial, como Las Cerradicas en Galve (Teruel). Además, este yacimiento está protegido por una estructura que permite su visita, y esta musealizado con distintos paneles explicativos (Foto 1).
Lo interesante del yacimiento son los comportamientos que allí han quedado grabados en la roca desde hace 145 millones de años. En Las Cerradicas se pueden observar huellas de dos tipos de dinosaurios. Por un lado, hasta seis rastros en los que se ve una secuencia de marcas subtriangulares –pies– y arriñonadas –manos–, que fueron dejadas por dinosaurios herbívoros de cuello largo (dinosaurios saurópodos). Por otro lado, en diez rastros se ve una secuencia de marcas con tres dedos –pies– y marcas ovaladas de pequeño tamaño –manos–, cuyos responsables fueron otro grupo de dinosaurios herbívoros distintos (dinosaurios ornitópodos). Además, ambos tipos de huellas presentan una misma dirección y sentido, una cadencia de paso similar y unos valores de velocidad semejantes.
Imaginemos la escena: estos dos grupos de dinosaurios se desplazaban en grupo, como una manada. Teniendo en cuenta la relación entre las huellas, puede verse que los ornitópodos pisan huellas de los saurópodos, lo cual indica que pasaron poco después, aunque no podamos determinar con exactitud cuánto tiempo. Podemos incluso plantear la hipótesis de una manada formada por diferentes tipos de dinosaurios. De hecho en la actualidad en las grandes migraciones de herbívoros en África es bastante común que haya diferentes especies de mamíferos moviéndose juntos y a la vez.
Pero esto no es todo… Además, los rastros del segundo grupo –ornitópodos– se componen de marcas de pies y de manos que indican una locomoción cuadrúpeda. Tradicionalmente se ha considerado que estos dinosaurios andaban de manera bípeda, ya que en muchos yacimientos las marcas de manos están ausentes. En Las Cerradicas, las manos están presentes, aunque en algunos rastros pueden pasar desapercibidas. De hecho, gracias a las modernas tecnologías (escáneres y modelos digitales) hemos podido precisar que las manos producían menor presión que los pies, quedando marcadas únicamente en la parte más superficial del sedimento. La edad del yacimiento (unos 145 millones de años) hace que sea uno de los más antiguos a nivel mundial donde tenemos conservado un desplazamiento cuadrúpedo de este tipo de dinosaurios.
El yacimiento de Las Cerradicas está situado en el término municipal de Galve, en la provincia de Teruel. Para llegar allí hay que tomar la carretera N-420 hasta el desvío a la A-228 que une Cañada Vellida con Galve. Dista de Teruel unos 58 km y de Zaragoza unos 140 km. Galve es una de las localidades de referencia en el estudio de dinosaurios de nuestro país, ya que se han descrito hasta cuatro especies de dinosaurios distintas: Aragosaurus, Galvesaurus, Gideonmantellia y Delapparentia. Los restos de estos dinosaurios pueden verse en el museo municipal paleontológico de Galve y en el centro de Dinópolis Legendark. Además, la empresa Guías de Galve, ofrece visitas guiadas a los yacimientos de icnitas. Más información en www.dinosauriosgalve.com/
LUGAR Galve, Teruel, España