Amphimoschus y la evolución de los rumiantes

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Recreación de un macho adulto de Amphimoscus en su hàbitat. Ilustración de Flavia Strani (Universidad de Zaragoza).

Nuestros colegas del grupo de Extinción y Reconstrucción Paleoambiental del Área de Paleontología del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza colaboran con un equipo internacional de investigación que ha realizado la primera descripción detallada del esqueleto postcraneal de Amphimoschus, un rumiante sin cuernos del Mioceno francés (hace unos 17.5–13.8 Millones de años). Nuestros compañeros han explorado las relaciones evolutivas de este grupo y el misterio de como y cuando se originan los apéndices craneales (cuernos y astas) en este y otros grupos de rumiantes.

El equipo científico ha podido reconstruir la anatomía y las relaciones de parentesco de Amphimoschus gracias a fósiles inéditos encontrados en los yacimientos franceses de Artenay, Aerotrain y Thenay, prestados a los investigadores por el Museum Nationale d'Histoire Naturelle de Paris. Los resultados sugieren que este rumiante sin apéndices craneales ocupaba una posición evolutiva basal dentro del grupo de los cervoideos, es decir, los rumiantes más estrechamente cercanos a los ciervos modernos. Esta investigación desafía hipótesis previas bastante aceptadas que asociaban a Amphimoschus con los bovoideos, el grupo de rumiantes que está más emparentado con los bóvidos (antílopes, búfalos, cabras, etc.) que con los otros rumiantes.

La anatomía de las patas de este rumiante apunta a que podría haber vivido en ambientes pantanosos o semiacuáticos porque se asemejan a las de algunas especies actuales, como los antílopes sitatunga africanos, adaptadas a este tipo de hábitats. Al igual que estos antílopes, Amphimoschus tenía patas estilizadas con pezuñas alargadas y dedos muy largos que se abrían en ángulo, permitiendo a este rumiante desplazarse sin problema sobre los sustratos muy blandos y plásticos característicos de los ambientes pantanosos. La investigación también ha permitido estimar el tamaño corporal de Amphimoschus, que habría pesado entre 36 y 47 kilogramos, algo más grande que un corzo actual, lo que lo sitúa entre los rumiantes de tamaño mediano de su época.

Este trabajo es un paso más en la comprensión de la evolución de los apéndices craneales en los rumiantes, uno de los temas más complejos y candentes de la paleobiología de mamíferos. Amphimoschus no posee cuernos, y sugiere que algunso linages de cérvidos nunca llegaron a desarrollar una de las características más llamativas del grupo.

El estudio, publicado en Journal of Systematic Palaeontology, ha contado con el apoyo de diversas instituciones y programas de investigación. Los proyectos PID2020-116220GB-I00 y PID2020-117289GB-I00, financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación (MCIN) y la Agencia Estatal de Investigación (AEI), fueron claves para llevar a cabo esta investigación. Además, la Generalitat de Catalunya, a través del programa CERCA, y el Gobierno de Aragón, a través del grupo de investigación (E33_23R), también contribuyeron al desarrollo del estudio.

La referencia completa es:

Sánchez, I. M., Cantalapiedra, J. L., DeMiguel, D., Azanza, B., Strani, F., & Morales, J. (2024). The postcranial skeleton of Amphimoschus Bourgeois, 1873 (Cetartiodactyla, Ruminantia, Pecora) sheds light on its phylogeny and the evolution of the clade Cervoidea. Journal of Systematic Palaeontology, 22, 2386020. http://dx.doi.org/10.1080/14772019.2024.2386020

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