La localidad de Galve, ubicada en la comunidad de Teruel es una de las cunas de la paleontología de dinosaurios española, puesto que en ella se descubrieron los restos del primer dinosaurio definido en España, el saurópodo Aragosaurus (que da nombre a nuestro grupo de investigación. Menos conocido es que en Galve existe otro dinosaurio saurópodo descrito, Galvesaurus herreroi (dedicado al pueblo y a su descubridor, José María Herrero).
Galvesaurus es un dinosaurio muy interesante, tanto por su edad como por su posición filogenética dentro del clado de los saurópodos. Los fósiles de este dinosaurio se encontraron en los afloramientos de la recientemente definida Formación Cedrillas, del final del Jurásico Superior (Kimmeridgiense superior-Titoniense inferior). Entre el final del Jurásico y principios del Cretácico se produce un cambio de las faunas de dinosaurios a nivel global, y por ello conocer cuáles son las afinidades de Galvesaurus añadiría una pieza para reconstruir estos ecosistemas cambiantes en Iberia al final del Jurásico.
Hasta la fecha, la posición filogenética (la relación de parentesco con otros saurópodos) de Galvesaurus había sido incierta, ya que su esqueleto está bastante incompleto. No obstante, un nuevo estudio publicado en el Boletín Geológico y Minero ha identificado a Galvesaurus como un saurópodo braquiosáurido, muy cercanamente emparentado con el braquiosáurido portugués Lusotitan, de la misma edad. El estudio ha empleado las matrices filogenéticas más actualizadas, y ha reestudiado todo el material de Galvesaurus, junto con algunos huesos que estaban todavía por estudiar. De esta manera, Galvesaurus ocupa su lugar en los ecosistemas de Iberia del final del Jurásico, junto con otros saurópodos turiasaurios, diplodócidos y braquisáuridos.