A lo largo de los 700.000 años representados entre los diversos niveles, se ha podido registrar unas cuantas fluctuaciones climáticas, alternando periodos cálidos con periodos más frescos.
Lo novedoso de este estudio es que por la primera ves se ha intentado sacar datos cuantitativos sobre el clima, estimando temperaturas y precipitaciones a partir de un método ya bastante aplicado a los registros fósiles, el “Mutual Climatic Range method”. Este método se aplica particularmente bien en el caso de la herpetofauna, porque los taxones presentes en el Pleistoceno inferior y medio son considerados como pertenecientes a las mismas especies que las que viven hoy en día en la Península Ibérica, cuando al reverse para los mamíferos se trata en su mayoría de taxones extinguidos.
Aunque este estudio se basa solamente en la presencia/ausencia de taxones en cada subnivel, los cambios climáticos observados corresponden perfectamente a las variaciones cuantitativas en los efectivos de los taxones termofilos e higrófilos a lo largo de la secuencia. Además, los datos obtenidos están de acuerdo con las conclusiones de las diferentes disciplinas utilizadas para la reconstrucción del clima en Gran Dolina (Geomorfología, Palinología, Macromamíferos y Micromamíferos). En general las temperaturas calculadas son superiores a las que se observan actualmente en la zona de Burgos, en particular durante los momentos calidos, los cuales corresponden a fases de ocupación humana en el yacimiento.
La referencia completa de este articulo es: BLAIN H.-A., BAILON S., CUENCA-BESCÓS G., ARSUAGA J.L., BERMÚDEZ DE CASTRO J.M. & CARBONELL E. (2009) – Long-term climate record inferred from Early-Middle Pleistocene amphibian and squamate reptile assemblages at the Gran Dolina cave, Atapuerca, Spain. Journal of Human Evolution, 56 (1): 55-65.
La foto es de Javier Trueba
Lo novedoso de este estudio es que por la primera ves se ha intentado sacar datos cuantitativos sobre el clima, estimando temperaturas y precipitaciones a partir de un método ya bastante aplicado a los registros fósiles, el “Mutual Climatic Range method”. Este método se aplica particularmente bien en el caso de la herpetofauna, porque los taxones presentes en el Pleistoceno inferior y medio son considerados como pertenecientes a las mismas especies que las que viven hoy en día en la Península Ibérica, cuando al reverse para los mamíferos se trata en su mayoría de taxones extinguidos.
Aunque este estudio se basa solamente en la presencia/ausencia de taxones en cada subnivel, los cambios climáticos observados corresponden perfectamente a las variaciones cuantitativas en los efectivos de los taxones termofilos e higrófilos a lo largo de la secuencia. Además, los datos obtenidos están de acuerdo con las conclusiones de las diferentes disciplinas utilizadas para la reconstrucción del clima en Gran Dolina (Geomorfología, Palinología, Macromamíferos y Micromamíferos). En general las temperaturas calculadas son superiores a las que se observan actualmente en la zona de Burgos, en particular durante los momentos calidos, los cuales corresponden a fases de ocupación humana en el yacimiento.
La referencia completa de este articulo es: BLAIN H.-A., BAILON S., CUENCA-BESCÓS G., ARSUAGA J.L., BERMÚDEZ DE CASTRO J.M. & CARBONELL E. (2009) – Long-term climate record inferred from Early-Middle Pleistocene amphibian and squamate reptile assemblages at the Gran Dolina cave, Atapuerca, Spain. Journal of Human Evolution, 56 (1): 55-65.
La foto es de Javier Trueba
LUGAR Atapuerca, Burgos, España