Ayer, 15 de octubre, Erik Isasmendi defendió su tesis doctoral sobre los dinosaurios terópodos de la península ibérica. Ha estudiado restos craneales y postcraneales de dinosaurios carnívoros del Cretácico Inferior de Burgos, Soria y La Rioja, y también del Cretácico Superior de Burgos (Condado de Treviño) y Huesca. Entre las novedades de su tesis es la descripción de un un nuevo dinosaurio terópodo (Riojavenatrix). Se trata de un dinosaurio espinosaurido de la Rioja. Además, ha desarrollado un estudio con los dientes aislados de espinosáuridos del Cretácico inferior de España. Reconoce diez morfotipos diferentes, que además de la biodiversidad de este grupo también indica la heterodoncia (variabilidad a lo largo de la mandíbula) de estos dinosaurios. Los dientes de espinosauridos son especialmente abundantes en el Barremiense ibérico, pero nos queda mucho por conocer la verdadera biodiversidad de este grupo.

Los directores de esta tesis han sido Xabier Pereda Suberbiola de la Universidad del País Vasco y Angélica Torices de la Universidad Complutense de Madrid. El tribunal ha estado formado por nuestro aragosaurero José Ignacio Canudo, la investigadora del Museo de Historia Natural de París Nathalie Bardet y el profesor de la UPV Mikel López Horgue. El tribunal resalto la calidad de la investigación de Erik y se plantearon interesantes discusiones sobre algunos temas como las modernas hipótesis sobre los espinosáuridos y sus afinidades acuáticas. También se destacó la minuciosidad de las descripciones de los fósiles y el uso de las nuevas tecnologías. Con todo ello se ha conseguido tener una idea aproximada de la biodiversidad de los terópodos ibéricos. Sin duda un grupo de dinosaurios poco representado hasta el momento, pero muy diverso como demuestra la gran cantidad diferente de dientes de este grupo que se ha recuperado.

Muchas enhorabuenas Erik y larga vida con los dinosaurios carnívoros ibéricos, queda mucho trabajo por hacer