De vez en cuando se publica un descubrimiento que permite un gran avance en la paleobiología de algún grupo fósil. Uno de esos casos es el trabajo de la investigadora canadiense Darla K. Zelenitsky de la Universidad de Calgary (Canadá) junto a otros colegas canadienses y norteamericanos. Se trata de un ejemplar de la tortuga Acodus que conserva el cráneo y el cuello articulados. Pero esto no es lo importante, ya que en el registro fósil se conocen otros ejemplares con cráneo. Lo significativo es la presencia de huevos en el interior del cuerpo de la tortuga. Es decir el animal se murió un poco antes de poner los huevos. En la misma publicación también describen el descubrimiento de una puesta de esta misma tortuga (Acodus).
Los fragmentos de huevos fósiles que se atribuyen a tortugas, se suele hacer por la similitud de la estructura de la cáscara, el tamaño y la forma de los huevos de las tortugas actuales. El descubrimiento de estos ejemplares en sedimentos del Cretácico Superior de Canadá permite una oportunidad de obtener datos directos sobre la reproducción de las tortugas extinguidas. Así Acodus ponía grandes nidadas de huevos esféricos con la cáscara mineralizada. Estas puestas se hacían cerca de ríos tal y como lo hacen muchas tortugas actuales con la cáscara blanda sin mineralizar. Los investigadores relacionan la cáscara dura de los huevos de Acodus como una adaptación para defenderse de los predadores o también podría ser una adaptación a los ambientes áridos.
Los fragmentos de huevos fósiles que se atribuyen a tortugas, se suele hacer por la similitud de la estructura de la cáscara, el tamaño y la forma de los huevos de las tortugas actuales. El descubrimiento de estos ejemplares en sedimentos del Cretácico Superior de Canadá permite una oportunidad de obtener datos directos sobre la reproducción de las tortugas extinguidas. Así Acodus ponía grandes nidadas de huevos esféricos con la cáscara mineralizada. Estas puestas se hacían cerca de ríos tal y como lo hacen muchas tortugas actuales con la cáscara blanda sin mineralizar. Los investigadores relacionan la cáscara dura de los huevos de Acodus como una adaptación para defenderse de los predadores o también podría ser una adaptación a los ambientes áridos.
LUGAR Alberta, Canadá