Paleoaventura se va a construir en Enciso, famosa localidad paleontológica por sus yacimientos de icnitas de dinosaurios, estudiadas desde hace 20 años por el equipo de la Universidad de la Rioja (Félix Pérez Lorente). Este parque se ha concebido como un yacimiento en el que los visitantes podrán convertirse en paleontólogos por unas horas, ya que podrán cuadricular un terreno para hacer una excavación, buscar fósiles, huellas y restos óseos y ayudar a reconstruir esqueletos de dinosaurios.
El parque se alzará sobre una superficie de 7.500 metros cuadrados, frente al casco urbano de Enciso, y se ubicará sobre una ladera de moderada pendiente, que tiene como límites el camino que une la ermita de la Virgen del Campo con la fuente de Santa Bárbara, la carretera LR-386 y la Cañada Real de Enciso. Desde un punto de vista arquitectónico, los edificios tenderán a desaparecer en el paisaje, para lo que se enterrará parte de su volumetría. El único edificio con cierto protagonismo será el de acceso, dado su doble carácter de portal de entrada al parque y reclamo publicitario.
También ofrecerá otras actividades en plena naturaleza, como itinerarios diversos, juegos de destreza y habilidad, pruebas físicas, atracciones, animación, una zona de baños, restauración, merenderos y zonas de descanso. Esta nueva oferta turística, que ha sido bautizado por los dirigentes regionales como "Barranco perdido", será un parque natural, que se asentará sobre recursos naturales de las icnitas de dinosaurios, sin tener que plantear recursos artificiales.
Según el Gobierno autonómico, el proyecto se asienta sobre criterios de viabilidad, sostenibilidad y respeto al medio ambiente para trasladar a los visitantes a la época en la que vivieron los dinosaurios, hace 120 millones de años. Gracias a este proyecto, el Gobierno pretende convertir al valle del Cidacos y a la cuenca del Alhama-Linares en un bucle de interés turístico, en unión de los balnearios de la Albotea y Grávalos y al yacimiento arqueológico de Contrebia Leukade.
El parque se alzará sobre una superficie de 7.500 metros cuadrados, frente al casco urbano de Enciso, y se ubicará sobre una ladera de moderada pendiente, que tiene como límites el camino que une la ermita de la Virgen del Campo con la fuente de Santa Bárbara, la carretera LR-386 y la Cañada Real de Enciso. Desde un punto de vista arquitectónico, los edificios tenderán a desaparecer en el paisaje, para lo que se enterrará parte de su volumetría. El único edificio con cierto protagonismo será el de acceso, dado su doble carácter de portal de entrada al parque y reclamo publicitario.
También ofrecerá otras actividades en plena naturaleza, como itinerarios diversos, juegos de destreza y habilidad, pruebas físicas, atracciones, animación, una zona de baños, restauración, merenderos y zonas de descanso. Esta nueva oferta turística, que ha sido bautizado por los dirigentes regionales como "Barranco perdido", será un parque natural, que se asentará sobre recursos naturales de las icnitas de dinosaurios, sin tener que plantear recursos artificiales.
Según el Gobierno autonómico, el proyecto se asienta sobre criterios de viabilidad, sostenibilidad y respeto al medio ambiente para trasladar a los visitantes a la época en la que vivieron los dinosaurios, hace 120 millones de años. Gracias a este proyecto, el Gobierno pretende convertir al valle del Cidacos y a la cuenca del Alhama-Linares en un bucle de interés turístico, en unión de los balnearios de la Albotea y Grávalos y al yacimiento arqueológico de Contrebia Leukade.
LUGAR Enciso, La Rioja, España