Pues bien, este jueves 1 de septiembre un equipo de científicos estadounidenses y franceses encabezado por Cristopher, J. Lepre publica en Nature los resultados de un estudio efectuado en el yacimiento de la Formación Nachukui denominado Kokiselei 4, en la ribera occidental del Lago Turkana (Kenia). Allí se ha encontrado un extraordinario conjunto de herramientas líticas típicamente achelenses asociadas con una variada fauna entre la que destaca el hipopótamo de gran tamaño Hippopotamus gorgops. Esta asociación ha sido datada por magnetoestratigrafía en alrededor de 1’78 millones de años. La precisión de la datación, se debe a la afortunada circunstancia de que el final del subcron Olduvai se produjo una serie de rápidas excursiones magnéticas que proporcionan una fina escala magnetoestratigráfíca para esa época.
Este descubrimiento hace coincidir la fecha de aparición del achelense y la de H. ergaster y refuerza la idea de que el achelense era el tecnocomplejo propio de H. ergaster, mientras que el olduvayense sería el característico de H. habilis. En esta línea, no parece probable que hubiera poblaciones de H. ergaster que solo fabricasen herramientas de tipo olduvayense.
Fuera de África, es el yacimiento georgiano de Dmanisi el que contiene el registro más antiguo de fósiles humanos. La industria que se encuentra asociada a dichos fósiles humanos es de tipo olduvayense y el conjunto está datado entre hace 1’85 y hace 1’78 millones de años. Para algunos autores, los fósiles de Dmanisi corresponderían a una población de H. ergaster que habría salido de África antes de la invención del achelense, cuando se pensaba que había aparecido hace unos 1’6 millones de años. Otros investigadores, en cambio, sostenían que los humanos de Dmanisi correspondían a un tipo humano más primitivo y afín a H. habilis, al que habían denominado como H. georgicus.
Los nuevos datos, que envejecen sustancialmente el origen del achelense, refuerzan la idea de que la primera salida de África, representada por los fósiles de Dmanisi con su industria olduvayense, no pudo producirse por H. ergaster sino que tuvo que estar protagonizada por un homínido del tipo de H. habilis.
Referencia completa:
Christopher J. Lepre, Hélène Roche, Dennis V. Kent, Sonia Harmand, Rhonda L. Quinn, Jean-Philippe Brugal, Pierre-Jean Texier, Arnaud Lenoble & Craig S. Feibel (2011). “An earlier origin for the Acheulian.” Nature 477, pp. 82–85.
Este descubrimiento hace coincidir la fecha de aparición del achelense y la de H. ergaster y refuerza la idea de que el achelense era el tecnocomplejo propio de H. ergaster, mientras que el olduvayense sería el característico de H. habilis. En esta línea, no parece probable que hubiera poblaciones de H. ergaster que solo fabricasen herramientas de tipo olduvayense.
Fuera de África, es el yacimiento georgiano de Dmanisi el que contiene el registro más antiguo de fósiles humanos. La industria que se encuentra asociada a dichos fósiles humanos es de tipo olduvayense y el conjunto está datado entre hace 1’85 y hace 1’78 millones de años. Para algunos autores, los fósiles de Dmanisi corresponderían a una población de H. ergaster que habría salido de África antes de la invención del achelense, cuando se pensaba que había aparecido hace unos 1’6 millones de años. Otros investigadores, en cambio, sostenían que los humanos de Dmanisi correspondían a un tipo humano más primitivo y afín a H. habilis, al que habían denominado como H. georgicus.
Los nuevos datos, que envejecen sustancialmente el origen del achelense, refuerzan la idea de que la primera salida de África, representada por los fósiles de Dmanisi con su industria olduvayense, no pudo producirse por H. ergaster sino que tuvo que estar protagonizada por un homínido del tipo de H. habilis.
Referencia completa:
Christopher J. Lepre, Hélène Roche, Dennis V. Kent, Sonia Harmand, Rhonda L. Quinn, Jean-Philippe Brugal, Pierre-Jean Texier, Arnaud Lenoble & Craig S. Feibel (2011). “An earlier origin for the Acheulian.” Nature 477, pp. 82–85.
LUGAR Kenia