Esta vez se trata del estudio paleopatológico de la mandíbula humana hallada en 2007. El trabajo se ha publicado en la revista Journal of Human Evolution. Lo más notable es que el análisis morfológico del fósil indica que pudo pertenecer a una hembra adulta.
Desde el primer momento se observaron las anómalas disposición y morfología de los dientes, con gran exposición de las raíces. Ahora, los trabajos realizados con microscopía y tomografía axial, han revelado que la calidad de vida del individuo debía de ser precaria, problemas asociados a una masticación traumática que provocó una erupción compensatoria, es decir, los dientes siguieron “creciendo” para lograr seguir ocluyendo a pesar de tener una “mordida anómala”. Esto, que es normal en mamíferos con dientes hipsodontos como los caballos, es algo rarísimo en los seres humanos. Como consecuencia de ello, todos los incisivos y caninos se encuentran anormalmente desplazados hacia delante, y las superficies de masticación en este individuo se encuentran muy desgastadas de forma atípica.
Los dientes tienen una deposición extra de cemento para contrarrestar la pérdida de sujeción de los dientes dentro de sus alvéolos. También hay acumulación de sales de calcio en varias piezas, lo que los dentistas suelen denominar cálculos dentales, que generalmente surge por deposición de sarro. También se ha detectado un surco como los producidos por palillos de dientes. El empleo de palillos de dientes en Atapuerca que también se ha documentado en los fósiles humanos de la Sima de los Huesos constituye una de las evidencias más antiguas conocidas en el registro fósil, sólo superado por un ejemplar de Olduvai (Tanzania), de unos 1,8 millones de años.
La suma de estas patologías pudo producir dolores de carácter leve o moderado, pero en ningún caso entrañaron graves problemas para la supervivencia de nuestra primera europea.
En la foto, parte de la mandíbula en vista anterior en la que se puede ver el tremendo desgaste de los dientes.
El artículo: María Martinón-Torres, Laura Martín-Francés, Ana Gracia, Anthony Olejniczak, Leyre Prado-Simón, Aida Gómez-Robles, María Lapresa, Eudald Carbonell, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro. 2011. Early Pleistocene human mandible from Sima del Elefante (TE) cave site in Sierra de Atapuerca (Spain): A palaeopathological study. Journal of Human Evolution, xxx, 1-11.
Desde el primer momento se observaron las anómalas disposición y morfología de los dientes, con gran exposición de las raíces. Ahora, los trabajos realizados con microscopía y tomografía axial, han revelado que la calidad de vida del individuo debía de ser precaria, problemas asociados a una masticación traumática que provocó una erupción compensatoria, es decir, los dientes siguieron “creciendo” para lograr seguir ocluyendo a pesar de tener una “mordida anómala”. Esto, que es normal en mamíferos con dientes hipsodontos como los caballos, es algo rarísimo en los seres humanos. Como consecuencia de ello, todos los incisivos y caninos se encuentran anormalmente desplazados hacia delante, y las superficies de masticación en este individuo se encuentran muy desgastadas de forma atípica.
Los dientes tienen una deposición extra de cemento para contrarrestar la pérdida de sujeción de los dientes dentro de sus alvéolos. También hay acumulación de sales de calcio en varias piezas, lo que los dentistas suelen denominar cálculos dentales, que generalmente surge por deposición de sarro. También se ha detectado un surco como los producidos por palillos de dientes. El empleo de palillos de dientes en Atapuerca que también se ha documentado en los fósiles humanos de la Sima de los Huesos constituye una de las evidencias más antiguas conocidas en el registro fósil, sólo superado por un ejemplar de Olduvai (Tanzania), de unos 1,8 millones de años.
La suma de estas patologías pudo producir dolores de carácter leve o moderado, pero en ningún caso entrañaron graves problemas para la supervivencia de nuestra primera europea.
En la foto, parte de la mandíbula en vista anterior en la que se puede ver el tremendo desgaste de los dientes.
El artículo: María Martinón-Torres, Laura Martín-Francés, Ana Gracia, Anthony Olejniczak, Leyre Prado-Simón, Aida Gómez-Robles, María Lapresa, Eudald Carbonell, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro. 2011. Early Pleistocene human mandible from Sima del Elefante (TE) cave site in Sierra de Atapuerca (Spain): A palaeopathological study. Journal of Human Evolution, xxx, 1-11.
LUGAR Atapuerca, Burgos, España