La Formación Blesa se ha convertido en los últimos años en un punto clave para conocer, entre otros, la fauna marina que habitaba en Aragón durante el Barremiense (Cretácico Inferior). Esta formación se encuentra discordante sobre las unidades jurásicas y se divide en tres secuencias, tal y como han publicado recientemente Aurell et al. (2018): la secuencia Blesa inferior, depositada en un ambiente aluvial, palustre y lacustre; la secuencia Blesa media, depositada en una bahía restringida poco profunda; y la secuencia Blesa superior, de ambiente costero. Hasta el momento, los fósiles de vertebrados marinos hallados en la Formación Blesa provienen de la secuencia media, aunque, al ser las publicaciones previas a esta nueva secuenciación de la Formación Blesa, en ellas consta como provenientes de la parte inferior de la Formación Blesa “Superior”. Los fósiles consisten generalmente en restos fragmentarios aislados. Sin embargo, a pesar de que los restos son poco diagnósticos en su mayoría, se han identificado varios taxones de reptiles marinos, entre los que encontramos tortugas, plesiosaurios (Parrilla-Bel y Canudo, 2015) o crocodilomorfos (Parrilla-Bel y Canudo, 2018).
En el artículo publicado, se describen dos fragmentos de rostro pertenecientes a dos taxones distintos de crocodilomorfos. El primero de ellos es un fragmento de maxilar izquierdo en el que se han preservado varios alveolos dentales, algunos de ellos (M4? y M5?) de gran tamaño. El segundo resto que se describe en el trabajo es un fragmento de maxilar derecho, perteneciente a un rostro más largo, fino y grácil que el anterior, donde se observa una serie de alveolos dentales todos de un tamaño similar.
Los cocodrilos barremienses que encontramos habitualmente en Europa y en la Península Ibérica son bernisártidos, goniofolídidos, atoposáuridos e hilaeocámpsidos, todos ellos terrestres. Sin embargo, las características morfológicas de los restos hallados en la Formación Blesa, a pesar de no poseer caracteres diagnósticos, indican que no se trata de ninguno de estos grupos. Los fragmentos craneales pertenecen a taxones de rostro más alargado (común en las especies de crocodilomorfos marinos, aunque también presente en algunos taxones de agua dulce), que habitarían ese ambiente marino poco profundo en el entorno de lo que ahora son las localidades de Josa u Obón entre otras, en el norte de la Comarca de la Cuencas Mineras.
El Cretácico Inferior es un periodo de tiempo en el que los reptiles marinos son bastante escasos, y el Barremiense en concreto, es un momento en el que no se conocen cocodrilos marinos. El nuevo material descrito, junto con los fósiles de vertebrados marinos hallados en los últimos años en esta misma zona, sugiere que la secuencia media de la Formación Blesa era un ambiente con gran riqueza faunística, convirtiéndolo en un área interesante para el estudio de los vertebrados marinos del Barremiense.
La referencia completa del trabajo es:
Parrilla-Bel, J., & Canudo, J. I. (2018). New longirostrine crocodylomorph remains from the Blesa Formation (Barremian) in the Iberian Peninsula (Spain). Journal of Iberian Geology, 44(1), 55-66.
En el artículo publicado, se describen dos fragmentos de rostro pertenecientes a dos taxones distintos de crocodilomorfos. El primero de ellos es un fragmento de maxilar izquierdo en el que se han preservado varios alveolos dentales, algunos de ellos (M4? y M5?) de gran tamaño. El segundo resto que se describe en el trabajo es un fragmento de maxilar derecho, perteneciente a un rostro más largo, fino y grácil que el anterior, donde se observa una serie de alveolos dentales todos de un tamaño similar.
Los cocodrilos barremienses que encontramos habitualmente en Europa y en la Península Ibérica son bernisártidos, goniofolídidos, atoposáuridos e hilaeocámpsidos, todos ellos terrestres. Sin embargo, las características morfológicas de los restos hallados en la Formación Blesa, a pesar de no poseer caracteres diagnósticos, indican que no se trata de ninguno de estos grupos. Los fragmentos craneales pertenecen a taxones de rostro más alargado (común en las especies de crocodilomorfos marinos, aunque también presente en algunos taxones de agua dulce), que habitarían ese ambiente marino poco profundo en el entorno de lo que ahora son las localidades de Josa u Obón entre otras, en el norte de la Comarca de la Cuencas Mineras.
El Cretácico Inferior es un periodo de tiempo en el que los reptiles marinos son bastante escasos, y el Barremiense en concreto, es un momento en el que no se conocen cocodrilos marinos. El nuevo material descrito, junto con los fósiles de vertebrados marinos hallados en los últimos años en esta misma zona, sugiere que la secuencia media de la Formación Blesa era un ambiente con gran riqueza faunística, convirtiéndolo en un área interesante para el estudio de los vertebrados marinos del Barremiense.
La referencia completa del trabajo es:
Parrilla-Bel, J., & Canudo, J. I. (2018). New longirostrine crocodylomorph remains from the Blesa Formation (Barremian) in the Iberian Peninsula (Spain). Journal of Iberian Geology, 44(1), 55-66.
LUGAR Obón, Teruel, España