Homo floresiensis (el Hombre de Flores) es un pequeño homínido encontrado en sedimentos de hace 18.000 años en la Isla de Flores (Indonesia). Se caracteriza por su pequeña talla y su reducida capacidad craneal. En la fotografía se compara con un cráneo de un hombre actual. Su estatura, en torno a un metro, fue el principal carácter para proponerlo en el 2004 como una nueva especie. Popularmente se le conoce como el hobbit, por el personaje de Tolkien en El Señor de los Anillos. Sin embargo no todos los investigadores tienen claro que sea una especie diferente. Por lo que éste es uno de los debates más actuales en paleoantropología. Por una parte, el paleontólogo australiano Richard Roberts y colaboradores defienden a la nueva especie, lo que está reforzado por los estudios morfológicos más recientes sobre el cráneo y la muñeca. Por el contrario Robert Martin, Teuku Jacob, Meike Köhler o Salvador Moyà, sostienen que el hombre de Flores es un pigmeo afectado de microcefalia o malformaciones, tal y como sostiene la última publicación.
Investigadores de Sudáfrica y EEUU publican en PLoS ONE el hallazgo de restos de 25 esqueletos humanos en una cueva del archipiélago de Palau, a 2.000 kilómetros de la isla de Flores. Los huesos del Hombre de Palau, con una edad de entre 900 y 2.900 años, tienen caracteres parecidos a Homo floresiensis, pero no son idénticos. Comparando sus restos con los de humanos actuales, los investigadores concluyen que el Hombre de Palau es un representante de nuestra especie. Este descubrimiento les sirve para afirmar que tanto esta población como la de Flores padecían enanismo insular provocado por carencias dietéticas. La respuesta de Roberts ha sido contundente, el Hombre de Palau es un hombre actual, lo cual no demuestra que el de Flores no sea una especie distinta como él había propuesto.
La polémica continúa...
Investigadores de Sudáfrica y EEUU publican en PLoS ONE el hallazgo de restos de 25 esqueletos humanos en una cueva del archipiélago de Palau, a 2.000 kilómetros de la isla de Flores. Los huesos del Hombre de Palau, con una edad de entre 900 y 2.900 años, tienen caracteres parecidos a Homo floresiensis, pero no son idénticos. Comparando sus restos con los de humanos actuales, los investigadores concluyen que el Hombre de Palau es un representante de nuestra especie. Este descubrimiento les sirve para afirmar que tanto esta población como la de Flores padecían enanismo insular provocado por carencias dietéticas. La respuesta de Roberts ha sido contundente, el Hombre de Palau es un hombre actual, lo cual no demuestra que el de Flores no sea una especie distinta como él había propuesto.
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