Sin embargo, la ciencia se mueve a base de reconocer los
errores, propios o de los colegas, y discutir hasta que se llega a un consenso,
o un nuevo descubrimiento desbarata los argumentos de uno o varios de los
contendientes. Hoy, dos noticias nos hablan de este proceso, una triste y otra
muy interesante.
La noticia triste es que Antonio Ereditato, el responsable del famoso experimento de los neutrinos superlumínicos (si alguna vez tengo un perro, se llamara neutrino superluminico) ha tenido que dimitir ante la presión que ha generado el descubrimiento de que su experimento no es válido. Una actitud que si bien triste, debería resultar ejemplificante para muchos de nuestros dirigentes.
Y la otra noticia, y la razón última de esta reflexión, es que se ha liado parda con las dataciones de los dinosaurios de la Cuenca de San Juan (Nuevo México, EE.UU), delas que os hemos hablado en varias ocasiones.
En esta cuenca son relativamente abundantes los fósiles de dinosaurio en niveles estratigráficos que se han datado en diversas ocasiones como Paleoceno. Esta datación es muy relevante porque el Paleoceno es el periodo que sucede al Cretácico, y si se confirman estas dataciones existía evidencia directa de que los dinosaurios sobrevivieron, al menos unos miles de años, al catastrófico impacto meteorítico que asoló la Tierra hace 65, 5 (±0.3) millones de años.
Tras años de discusión científica de alto nivel sobre la edad de los sedimentos, el año pasado Fasset y colaboradores publicaron un trabajo donde, en vez de datar los sedimentos que contenían los huesos de dinosaurio, utilizaban la técnica del U-Pb (uranio-plomo) para datar directamente los huesos. Y efectivamente, sus resultados arrojaban una edad de 64,8 (±0.9millones de años) esto quería decir que con toda probabilidad los dinosaurios habían sobrevivido, si bien diezmados y por poco tiempo, a una de las mayores catástrofes que ha visto nuestra vieja tierra.
Como es normal, estos datos tan interesantes han de ser corroborados. Las implicaciones no son menores, así que Geology, la revista que acogió el artículo original de Fasset y colaboradores, ha realizado una compilación de todas las críticas surgidas al trabajo de Fasset (crítica en ciencia no tiene tantas connotaciones negativas como en la vida real), y ha permitido que los autores originales respondieran a estos comentarios. Y como el tema es de interés global, lo han publicado en formato OPEN ACCESS, para que todos podamos seguir la batalla.
En un par de días, la segunda parte del artículo, con un resumen de como está siendo el debate científico y la situación actual de los dinosaurios no avianos más jóvenes del planeta.
La referencia del artículo original es:
Fassett, J.E., Heaman, L.M., and A. Simonetti. 2011. Direct U-Pb dating of Cretaceous and Paleocene dinosaur bones, San Juan Basin, New Mexico. Geology 39:159-162. doi: 10.1130/G31466.1
La noticia triste es que Antonio Ereditato, el responsable del famoso experimento de los neutrinos superlumínicos (si alguna vez tengo un perro, se llamara neutrino superluminico) ha tenido que dimitir ante la presión que ha generado el descubrimiento de que su experimento no es válido. Una actitud que si bien triste, debería resultar ejemplificante para muchos de nuestros dirigentes.
Y la otra noticia, y la razón última de esta reflexión, es que se ha liado parda con las dataciones de los dinosaurios de la Cuenca de San Juan (Nuevo México, EE.UU), delas que os hemos hablado en varias ocasiones.
En esta cuenca son relativamente abundantes los fósiles de dinosaurio en niveles estratigráficos que se han datado en diversas ocasiones como Paleoceno. Esta datación es muy relevante porque el Paleoceno es el periodo que sucede al Cretácico, y si se confirman estas dataciones existía evidencia directa de que los dinosaurios sobrevivieron, al menos unos miles de años, al catastrófico impacto meteorítico que asoló la Tierra hace 65, 5 (±0.3) millones de años.
Tras años de discusión científica de alto nivel sobre la edad de los sedimentos, el año pasado Fasset y colaboradores publicaron un trabajo donde, en vez de datar los sedimentos que contenían los huesos de dinosaurio, utilizaban la técnica del U-Pb (uranio-plomo) para datar directamente los huesos. Y efectivamente, sus resultados arrojaban una edad de 64,8 (±0.9millones de años) esto quería decir que con toda probabilidad los dinosaurios habían sobrevivido, si bien diezmados y por poco tiempo, a una de las mayores catástrofes que ha visto nuestra vieja tierra.
Como es normal, estos datos tan interesantes han de ser corroborados. Las implicaciones no son menores, así que Geology, la revista que acogió el artículo original de Fasset y colaboradores, ha realizado una compilación de todas las críticas surgidas al trabajo de Fasset (crítica en ciencia no tiene tantas connotaciones negativas como en la vida real), y ha permitido que los autores originales respondieran a estos comentarios. Y como el tema es de interés global, lo han publicado en formato OPEN ACCESS, para que todos podamos seguir la batalla.
En un par de días, la segunda parte del artículo, con un resumen de como está siendo el debate científico y la situación actual de los dinosaurios no avianos más jóvenes del planeta.
La referencia del artículo original es:
Fassett, J.E., Heaman, L.M., and A. Simonetti. 2011. Direct U-Pb dating of Cretaceous and Paleocene dinosaur bones, San Juan Basin, New Mexico. Geology 39:159-162. doi: 10.1130/G31466.1
LUGAR Nuevo México EE. UU.