Investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), el Museo de la Conca Dellà (MCD), la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), aragosaureros de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR) y la Universidade Nueva de Lisboa (UNL) han descrito la nueva especie de dinosaurio titanosaurio Abditosaurus kuehnei a partir de los restos excavados en el yacimiento Orcau-1, en el Pallars Jussà, de 70,5 millones de años de antigüedad. Se trata del esqueleto semiarticulado más completo de este grupo de dinosaurios herbívoros descubierto hasta ahora en Europa. Sus dimensiones ―casi 18 metros de largo y un peso estimado de 14 toneladas― lo convierte en la mayor especie de dinosaurio del dominio iberoarmoricano, la antigua región que actualmente agrupa Iberia y el sur de Francia.
El artículo publicado hoy en la revista Nature Ecology & Evolution incluye análisis filogenéticos (es decir, de parentesco) de la nueva especie y concluye que Abditosaurus pertenece a un grupo de titanosaurios saltasaurinos proveniente de América del Sur y África, separado del resto de dinosaurios europeos que se caracterizan por un tamaño más pequeño. El personal investigador postula que el linaje de Abditosaurus llegó a la isla iberoarmoricana aprovechando un descenso global del nivel del mar que permitió reactivar antiguas rutas de migración entre África y Europa.
"Hay otras evidencias que apoyan la hipótesis de la migración", explica Albert Sellés, paleontólogo del ICP y coautor del artículo. “En el mismo yacimiento hemos encontrado cáscaras de huevo de especies de dinosaurios que sabemos que habitaban e Gondwana, el continente más meridional”, concluye el paleontólogo. El nuevo hallazgo supone un avance primordial en el vonocimiento de la evolución de los dinosaurios saurópodos al final del Cretácico y aporta una nueva perspectiva al rompecabezas filogenético y paleobiogeográfico de los saurópodos en los últimos 15 millones de años antes de su extinción.
Los titanosaurios son un grupo de dinosaurios saurópodos que dominaron los ecosistemas terrestres durante el Cretáceo. Todos ellos eran cuadrúpedos y fitófagos, es decir, se alimentaban de materia vegetal. Su cráneo era pequeño y acabado en punta, con unos dientes pequeños en forma de clavo que les servían para arrancar la vegetación. Tenían un cuerpo robusto, con unas patas delanteras más cortas que las traseras y un cuello y una cola relativamente largos. Algunas especies ―entre ellas muchas de las que encontramos fosilizadas en los actuales Pirineos― tenían el tronco recubierto de unas placas óseas llamadas osteodermos. Se cree que estas estructuras podían servir como escudo protector o como reserva de calcio.
Los Pirineos catalanes son excepcionales en cuanto al registro fósil de dinosaurios; están muy bien representados e incluyen las últimas especies que vivieron en Europa antes de su extinción que se produjo en todo el mundo hace 66 millones de años.