Athanasius Kircher fue un hombre que vivió obsesionado por la armonía entre la ciencia y la teología. Profesor del mítico Colegido romano de la Compañía de Jesús, sumergió su poderosa mente en problemas científicos. Buscaba –como los grandes sabios de la antigüedad- la respuesta a los grandes interrogantes del ser humano, de la cultura, del conocimiento racional y científico y de Dios.
Las ideas científicas de Athanasius Kircher sobre el interior de la Tierra, han quedado sistematizadas en este libro. Para Mundus Subterraneus, el planeta Tierra es redondo, ocupa el lugar central en el universo, tanto física, filosófica como teológicamente. Este planeta no es compacto. Está atravesado de una red compleja de cavidades, pasadizos, venas, conductos y ramificaciones. Por unos circula agua, por otros, aire y por otros fuego procedente de la cavidad central. Son los hidrofilacios, los aerofilacios y los pirofilacios. Cuando entran en colisión algunos de estos conductos, se producen emisiones de vapor, salida de material incandescente y explosiones de gases. Sus manifestaciones más violentas son los volcanes y los terremotos. Todo ello forma parte de un ciclo de materiales sólidos, líquidos y gaseosos. Para Kircher este sistema no es casual sino que forma parte del plan de Dios sobre el mundo, en que los humanos son el centro de todo lo creado.
Las ideas científicas de Athanasius Kircher sobre el interior de la Tierra, han quedado sistematizadas en este libro. Para Mundus Subterraneus, el planeta Tierra es redondo, ocupa el lugar central en el universo, tanto física, filosófica como teológicamente. Este planeta no es compacto. Está atravesado de una red compleja de cavidades, pasadizos, venas, conductos y ramificaciones. Por unos circula agua, por otros, aire y por otros fuego procedente de la cavidad central. Son los hidrofilacios, los aerofilacios y los pirofilacios. Cuando entran en colisión algunos de estos conductos, se producen emisiones de vapor, salida de material incandescente y explosiones de gases. Sus manifestaciones más violentas son los volcanes y los terremotos. Todo ello forma parte de un ciclo de materiales sólidos, líquidos y gaseosos. Para Kircher este sistema no es casual sino que forma parte del plan de Dios sobre el mundo, en que los humanos son el centro de todo lo creado.
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