Según nos han contado no pararon de gritar, y que a pesar de ser muchos menos que los alemanes, a los rojos se les oía más. Estuvieron situados en la curva roja, esa que cuando enfocaba la televisión solo se veían un montón de camisetas rojas saltando, pues entre ellos se encontraban nuestros chavalotes. Tenían dos entradas del lado alemán y tuvieron la suerte de poder cambiarlas con otros dos alemanes que tenían dos entradas del lado español. No es lo mismo ver este partido rodeados de teutones, que rodeados de la furia roja.
Bienvenidos a casa, porque un pajarito nos ha dicho que se han recorrido media Europa para poder llegar a tiempo al partido, menos en paracaídas han debido usar todos los medios de transporte para ir y volver en un tiempo record.
LUGAR Viena, Austria