Pocos grupos de dinosaurios están siendo estudiados ahora
mismo con tanta intensidad como los saurópodos. Sin embargo, los grandes titanes del Mesozoico siguen siendo uno
de los grupos que peor conocemos. No son muchos los esqueletos completos de
este grupo, probablemente por la dificultad de que fosilice bien algo tan
grande, e incluso algunos taxones se conocen por poco más que una vértebra. ¡Y qué
vértebras! La especializaciones que ha llegado a alcanzar este grupo son tan
avanzadas que muchas veces es casi imposible encontrar evidencias de homología
entre estructuras, una condición indispensable para establecer hipótesis
filogenéticas robustas. Debido a esto, los sauropoderos tienen que recurrir a
herramientas más potentes a la hora de trabajar con los datos que disponen, y
muchas de las novedades en cladística llegan a la comunidad paleontológica a través
de los especialistas en saurópodos. Dentro de semejante berenjenal, cada vez que
se redescribe un antiguo esqueleto o se descubre uno nuevo, toca hacer una
profunda revisión de todo lo establecido anteriormente. Digamos que nunca
veréis una filogenia enmarcada en el salón de un sauropodero, buscad mejor en
la papelera del estudio.
No os vamos a destripar mucho el extenso artículo, pero os recomendamos su lectura y os adelantamos una serie de spoilers que tienen repercusión en los saurópodos que nos tocan más cerca. En primer lugar, Galvesaurus, un viejo conocido de esta web, vuelve a ser grupo hermano de los titanosauriformes, como ya apuntaban los primeros trabajos sobre él, tras darse una larga vuelta por otras áreas del árbol. Nuestro tocayo Aragosaurus, vecino mucho más joven de Galvesaurus, también se cae de titanosauriformes, como ya había apuntado algún análisis previo. Finalmente, el clado Laurasiformes no es recuperado en los nuevos análisis, y Tastavinsaurus vuelve a ser considerado un somfospóndilo. En resumen, parece que va a ver que darse una vuelta por las tierras turolenses, porque queda mucho trabajo por hacer.
Por cierto, Lusotitan se queda cerquita de Aragosaurus y Galvesaurus, que casi nos olvidamos de él.
La referencia completa es:
Mannion, P. D., Upchurch, P., Barnes, R. N., & Mateus, O. (2013). Osteology of the Late Jurassic Portuguese sauropod dinosaur Lusotitan atalaiensis (Macronaria) and the evolutionary history of basal titanosauriforms. Zoological Journal of the Linnean Society.
No os vamos a destripar mucho el extenso artículo, pero os recomendamos su lectura y os adelantamos una serie de spoilers que tienen repercusión en los saurópodos que nos tocan más cerca. En primer lugar, Galvesaurus, un viejo conocido de esta web, vuelve a ser grupo hermano de los titanosauriformes, como ya apuntaban los primeros trabajos sobre él, tras darse una larga vuelta por otras áreas del árbol. Nuestro tocayo Aragosaurus, vecino mucho más joven de Galvesaurus, también se cae de titanosauriformes, como ya había apuntado algún análisis previo. Finalmente, el clado Laurasiformes no es recuperado en los nuevos análisis, y Tastavinsaurus vuelve a ser considerado un somfospóndilo. En resumen, parece que va a ver que darse una vuelta por las tierras turolenses, porque queda mucho trabajo por hacer.
Por cierto, Lusotitan se queda cerquita de Aragosaurus y Galvesaurus, que casi nos olvidamos de él.
La referencia completa es:
Mannion, P. D., Upchurch, P., Barnes, R. N., & Mateus, O. (2013). Osteology of the Late Jurassic Portuguese sauropod dinosaur Lusotitan atalaiensis (Macronaria) and the evolutionary history of basal titanosauriforms. Zoological Journal of the Linnean Society.
LUGAR Portugal